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Con perros hacia rutas salvajes: cómo disfrutar con canes en la naturaleza

Con perros hacia rutas salvajes: cómo disfrutar con canes en la naturaleza

Última actualización del articulo el día 03/10/2023

Borja es tan perruno como amante de la montaña y de la naturaleza. Räi, Layla, Khamûl... sus canes corren libres y corren felices.Y por eso le hemos pedido a él, que nos preste su voz para ofrecer unos consejos prácticos para los que estén pensando en disfrutar de largos paseos en la montaña junto a sus canes.

Esto es lo que nos ha contado Borja:

Los perros son nuestros más fieles compañeros y nos seguirían a cualquier lugar, muchos darían su vida por nosotros sin dudarlo, porque ellos no se piensan las cosas dos veces, actúan sin pensar en las consecuencias, son libres. Por desgracia, sus actos muchas veces tienen consecuencias y nosotros somos responsables de ellas. En ese sentido, la libertad de un perro es directamente proporcional a nuestra capacidad para plantear un escenario seguro para ellos. Ellos no entienden de normativas, prohibiciones o restricciones, ellos entienden de correr.

Recuerdo hace 25 años cuando salía a jugar de casa con mi perro, mis manos sujetaban sólo un balón. El perro me seguía, suelto por supuesto (¿Correa?), eran otros tiempos. Hoy en día en el mismo pueblo, dar de beber de una fuente a un perro son 300€. Nos obligan a meterlos en campos de concentración, y mucha gente te mira como un criminal por el simple hecho de tener un perro. Por ello, escapar de la urbe hacía la naturaleza más salvaje, es una gran alternativa que nos permite refrescarnos, y nos permitirá contemplarles en su estado de máxima felicidad y satisfacción.

Sin embargo en el medio rural y en la montaña también existen ciertas normas que debemos cumplir.Referente al ganado, animales salvajes e incluso a los campos de cereal entre muchas otras cosas. Son bienes que debemos salvaguardar.

Lo principal que debemos tener en cuenta a la hora de ir con nuestro perro al monte, es conocer a nuestro perro, mejor que él mismo. Debemos saber, que cosas le estimulan, qué cosas lo sacan de sí, que cosas le asustan, que cosas le pueden provocar agresividad, que cosas le incitan a correr...

Esto nos permitirá tener bajo control la mayoría de situaciones que se nos puedan presentar, gracias a la prevención. Ya que lo más importante será nuestra capacidad para anticiparnos a los acontecimientos.

Su nivel de obediencia será directamente proporcional al tiempo que pueda ir suelto. Además el simple hecho de que nuestro perro pueda ir alrededor nuestro suelto, a su aire, nos gratificará a nosotros y por supuesto más aún a él. Pero llevar al perro suelto todo el tiempo no suele ser muy realista. Yo personalmente acostumbro a dosificarles el tiempo de libertad. Combinar momentos de libertad con momentos de ir atados, es una formula muy eficaz, en escenarios inciertos e imprevisibles como pueden ser los bosques y las montañas, donde de repente puede cambiar la situación en una dirección peliaguda. Si tenemos claro que el terreno está libre de sorpresas, los soltamos, para que se desahoguen, pero de vez en cuando debemos recordarles que, somos nosotros quienes dirigimos la situación, debemos mantenerlos conectados con nosotros en todo momento, darles alguna orden y asegurarnos de que las cumplan, nos asegura ese hilo de unión de pertenencia a nuestra manada. Si a un perro le dejas suelto en el monte a su aire durante mucho tiempo, poco a poco se va asilvestrando, y estas pequeñas órdenes lo mantienen en el buen camino.

Las correas, son útiles siempre. Si nos colocamos un arnés a la cintura, podemos tener las manos libres mientras el perro va atado. Si tenemos dos perros por ejemplo, podemos llevarlos atados el uno al otro, lo cual les permite ir su aire, pero ante un desafío, no tendrán fácil ponerse de acuerdo en la misma dirección. Además, si uno de nuestros perros es más obediente que el otro, tenemos la opción de que uno haga de ancla.


Nuestra vista está muy por encima de la de ellos, y debemos estar alertas en todo momento, porque lo que nos mantendrá siempre libres de problemas, será nuestra capacidad para interpretar las situaciones en las que nos encontramos, así siempre podremos anticiparnos a cualquier inconveniente.

Debemos conocer las diferentes normativas referentes a las zonas y épocas estacionales en las que nos encontremos.

Época de caza:No es nada bonito encontrarse atrapado en una batida de caza de jabalí, por varias razones, no sé que es peor, encontrarse en tiro cruzado, o cruzarse con un jabalí asustado y herido. Con la Paloma pasa igual. Además nuestro perro, puede que se asuste con los disparos y se escape, puede que siga un rastro reciente y lo perdamos, y también puede ser “confundido” y disparado. En general, debemos evitar este tipo de situaciones. Las batidas de jabalí, que son las más peligrosas, suelen darse en Otoño y finales de verano, pero puede que la normativa varíe en diferentes lugares.

Reservas naturales:Debemos conocer las condiciones legales de los montes que visitamos, si son reservas naturales,  parques naturales,… Tendrán una normativa particular. Muchas veces los perros deben ir atados y en contadas ocasiones, ni siquiera eso. En el parque nacional de Ordesa, se permite la presencia de perros, pero deben ir atados. En el Pirineo francés, la cosa es muy diferente, en general la presencia de perros está completamente controlada.

Cosecha: Uno de los grandes placeres de un perro, es corretear por un campo de cereal en plena mañana de Mayo, cuando el cereal está verde y el rocío de la mañana lo empapa. Es importante tener en cuenta, que un perro corriendo desenfrenadamente por un campo de cereal, puede arruinar parte de la cosecha de una persona que trabaja duro todo el año. Dosifiquemos esas carreras. En la época de la cosecha (Julio) hay mucho movimiento alrededor de los campos de cereal, intentemos evitar estos escenarios donde las víboras huyen e invaden zonas atípicas. Fuera de los campos donde ellas viven.

Ganado: Con el ganado es muy importante tener en cuenta también la forma de actuar de los diferentes animales. En general, un perro, tiene instinto de cazador, y tratará de perseguir a cualquier animal. Aunque sea un juego para nuestro perro, y no pretenda hacer daño a ningún animal. Las vacas, ovejas o caballos no lo ven así y suelen reaccionar asustándose y huyendo. Esto puede provocar estampidas, y si el animal en sí ya ha llamado la atención de nuestro perro, si se pone a correr, eso ya enciende todos los instintos de persecución de nuestro fiel amigo. Que los animales se vean empujados a algún barranco puede provocar la muerte de muchos animales bajo nuestra responsabilidad, las ovejas, depende en qué fase de embarazo estén, pueden abortar en masa, arruinando así el trabajo del ganadero. Los caballos, son muy asustadizos, pero con crías de por medio, pueden reaccionar cargando contra el perro y tienen fuerza y velocidad suficiente para aplastarlo. Las vacas igual, siempre que puedan huirán, pero si tienen que dar cara al perro también lo harán, ya que no debemos olvidar que lo que es un juego para el perro para los otros animales puede ser una cosa de vida o muerte.

Animales salvajes: Los animales salvajes se suelen arreglar bien, porque son animales que están muy alertas y suelen anticiparse a los acontecimientos. Pero algunos animales son peligrosos, si nos los cruzamos por sorpresa. El jabalí o el tejón, son animales muy fuertes y valientes. En cualquier caso, cuando nos movemos por bosque es muy probable que nuestros perros perciban infinidad de información a través del olfato. Pueden llegar a localizar el rastro de un corzo que pasara por el lugar hace 4 días, por eso les vemos tan nerviosos cuando olfatean el suelo, están asimilando mucha información a la vez. Nosotros debemos intentar evitar que se les cargue la mente, hay que distraerlos para que no se obsesionen con los rastros. En general, por bosque y en campo abierto, es recomendable que nos hagamos oír, silbando, cantando o hablando, si vamos acompañados, o si vamos solos también.


No ir en silencio, permite que el bosque y su vida salvaje, sepa que estamos ahí, y entonces simplemente nos evitarán. En alta montaña, las marmotas y los rebecos son los mayores problemas. Las marmotas (Marmota marmota) suelen dar la alarma de que hay intrusos, con un silbido muy característico que retumba en todo el valle, y a continuación se suelen esconder en su madriguera, un reto así no se le habría ocurrido a ningún perro en el mejor de sus sueños. Reclamo, búsqueda y madriguera, interesante para aquellos perros que disfrutan haciendo hoyos… Los rebecos, no suelen ser accesibles, para los perros, porque son muy rápidos en cualquier terreno, incluso paredes de roca. Pero en terreno abierto de hierba, un galgo se pone a 70km/h, con relativa facilidad, y eso puede ser sinónimo de problemas, porque ningún animal en el Pirineo puede superar eso. Yo he presenciado como mi galgo le comía el terreno a un grupo de rebecos (Rupicapra-rupicapra), de una manera insultante, hasta que llegaron a las rocas, donde para un perro termina el juego.

En junio, comienza a verse la procesionaria desfilando por el suelo en bosques de pinos, sus pelos tienen sustancias químicas que producen alergia en la piel, los perros no lo saben y a veces las pisan, las huelen o incluso las chupan y se las comen. Debemos tener mucho cuidado con esto.


Carreteras: Debemos mantener a nuestras mascotas, siempre a salvo de las carreteras, donde se podría ocurrir una tragedia. Dejemos siempre las carreteras por detrás nuestra cuando el perro va delante, o delante nuestra cuando el perro va detrás. Es decir, debemos interponernos siempre entre nuestros perros y las vías de circulación.


No nos debemos confiar en carreteras urbanas, ni en carreteras secundarias “poco transitadas” o de pueblos.

Playa: Ver a un perro correr por la playa es algo impresionante y verles jugar con las olas es muy divertido. Pero las restricciones caninas en lugares así son muy concretas. En algunas playas se pueden llevar a los perros fuera de temporada, conozcamos cuales son aptas y no olvidemos recoger los excrementos de los perros.


Nieve: Yo creo que es la mejor experiencia que han vivido mis perros. Démosle la oportunidad de correr alguna vez sobre nieve recién caída. Se vuelven locos.

Calor: Este es un factor muy a tener en cuenta, porque nuestros perros no tienen la capacidad que tenemos nosotros a la hora de ventilar el cuerpo. Ellos apenas sudan, sólo a través de la piel que tienen entre los dedos, y poco más. Son más sensibles al calor y debemos asegurarnos de que estén hidratados. Busquemos lugares con riachuelos, lagos o fuentes. También existen muchos inventos para poder darles de beber, si llevamos nuestra propia agua. No les hagamos correr más de 2 horas, y no les tengamos muchas horas bajo el sol, menos aún en verano, sin sombras para descansar o agua con la que saciar su sed. Un golpe de calor es algo muy serio que debemos prevenir siempre.


Visibilidad: En general, intentemos tener siempre nuestro perro a la vista, prestad especial atención en cambios de rasante y entrada o salida a campo abierto. No soltemos al perro con niebla, porque nosotros vamos ciegos, pero ellos no.
No hay nada más gratificante que ver a nuestros perros, correr, saltar y jugar. Tenemos que ser capaces de otorgarles las posibilidades necesarias para garantizarles ser felices, pero con seguridad.


En resumen, debemos conocer el comportamiento de nuestro perro ante diferentes situaciones, para poder anticiparnos por él y poder evitar esas situaciones. Debemos conocer y respetar las características de los entornos que visitamos, respetemos al ganado, fauna salvaje y a la gente. Eso nos hará la vida más fácil. Busquemos lugares tranquilos donde estar cómodos. Finalmente disfrutemos al contemplar a un animal tan puro como es un perro, siendo feliz con tu compañía. Garanticémosles seguridad y bienestar.


Si os interesa seguir las aventuras de mis perros podéis seguirlas en www.amaelur.com o en el blog amalurran.blogspot.com