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Septiembre: mes clave para proteger a los perros de la leishmaniosis

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Última actualización del articulo el día 01/06/2021

Los expertos calculan que, de media, 15,7 % de perros en España tienen leishmaniosis canina, dependiendo de la zona geográfica esa cifra varía entre un 7% y más del 40%.

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Además, con el aumento de las temperaturas en meses tradicionalmente más fríos, se incrementa también el periodo de actividad del flebotomo, el insecto transmisor de la enfermedad, por lo que el riesgo de que nuestro perro pueda infectarse continúa siendo elevado todavía en septiembre e, incluso, en octubre.

Un breve repaso

La leishmaniosis canina es una enfermedad causada por un parásito llamado Leishmania, que se transmite a través de la picadura del flebotomo, un insecto parecido a un mosquito pero mucho más pequeño.

Cuando el flebotomo pica a un perro para ingerir su sangre puede inocularle el parásito leishmania, que viajará por su torrente sanguíneo provocando lesiones de mayor o menor gravedad, en uno o varios de sus órganos.

 

 

La clave para el contagio: un parásito transmisor

 

Como hemos comentado, para la transmisión de la leishmaniosis es necesario que un flebotomo infectado de leishmania pique al perro; de esta manera, encontraremos más o menos incidencia de la enfermedad según la cantidad de flebotomos activos que haya en nuestro entorno.

 

Nuestro clima, ideal para el flebotomo

 

Para el desarrollo óptimo del flebotomo se requieren temperaturas entre 10ºC y 30ºC y una humedad elevada.

España es un país donde la leishmaniosis canina es una enfermedad endémica, pero su incidencia es cada vez mayor y está extendiéndose a regiones hasta ahora consideradas “libres” de leishmaniosis.

Esto se debe al cambio climático y al aumento de las temperaturas, que provocan un incremento del periodo de actividad de los flebotomos, de mayo a octubre, principalmente.

En este mapa podéis ver 

 

Septiembre: un mes de especial atención

 

Los estudios realizados nos hacen pensar que hay un nacimiento escalonado de flebotomos con dos picos de abundancia, el primero en junio/julio y el segundo en septiembre/octubre.

En estas fechas hay mayor actividad de flebotomos, por lo que aumenta el riesgo de que puedan picar a los perros y, por tanto, de transmitirles la leishmaniosis.

 

Están por todas partes…

Los flebotomos suelen vivir en zonas oscuras y húmedas (madrigueras, sótanos, zonas de escombros…) y suelen picar al atardecer.

Si bien nuestra mascota esté en casa, los flebotomos (aunque sean insectos pequeños que se desplazan a saltos) pueden subir por las paredes, entrar en nuestro domicilio y picar a nuestro perro.

 

Prevenir, mejor que lamentar

Nuestra mejor arma para combatir la Leishmaniosis es la prevención, es decir, evitar que el flebotomo pique a nuestro perro.

Afortunadamente, existen insecticidas repelentes como Advantix® que, aplicados de forma adecuada, son esenciales para evitar que nuestro perro se contagie. En el caso de que ya esté infectado, también hay que seguir protegiendo al animal para evitar que la enfermedad se propague.

 

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