En los últimos años la comunidad científica veterinaria está trabajando sobre nuevas opciones de tratamientos contra la leishmaniosis. Muchos de los estudios que se están llevando a cabo parten de la base de comprender que se trata de una enfermedad del sistema inmunológico y no de una enfermedad causada por la acción directa de un parásito.
En los últimos años la comunidad científica veterinaria está trabajando sobre nuevas opciones de tratamientos contra la leishmaniosis. Muchos de los estudios que se están llevando a cabo parten de la base de comprender que se trata de una enfermedad del sistema inmunológico y no de una enfermedad causada por la acción directa de un parásito.
Como bien sabemos, no todos los perros responden igual cuando el parásito les infecta. Algunos son capaces de controlar la infección sin desarrollar síntomas, ya que su organismo pone en marcha un tipo de defensas que conocemos como inmunidad celular, capaz de controlar de forma correcta la infección por leishmaniosis.
Otros perros, sin embargo, desarrollan un tipo de defensas llamadas inmunidad humoral, que no sólo no es efectiva frente a la leishmaniosis, sino que además causa una gran parte de los síntomas de la enfermedad.
De manera que, si todos nuestros perros fabricaran estas “defensas buenas”, es decir, la inmunidad celular, serían capaces de frenar la infección y su lucha contra la leishmaniosis sería mucho más efectiva. Por este motivo, la mayoría de estudios sobre nuevas opciones terapéuticas se encaminan a activar la inmunidad celular de los perros. Aunque la mayoría de estudios están todavía en fase de desarrollo, algunos resultados parecen ser esperanzadores o incluso positivos.
Existen principios activos que actúan sobre el sistema nervioso central del perro y estimulan la producción de prolactina que a su vez estimula la acción de la inmunidad celular. Sus efectos han sido demostrados y su uso se empieza a recomendar en casos de leishmaniosis leves o en aquellos casos en los que la respuesta a los tratamientos habituales es inadecuada.
Para blindar la salud de nuestro perro también es fundamental cuidar su nutrición para que tenga las defensas “en forma”.
- Algunos estudios demuestran que un nivel adecuado de Vitamina E actúa como estimulante de la inmunidad.
- Los antioxidantes son protectores naturales del sistema inmune.
- Los ácidos grasos omega 3 y 6 protegen la piel de las agresiones causadas por la leishmaniosis.
- Un animal enfermo de leishmaniosis debe tener una dieta con un moderado nivel de proteína de elevado valor biológico, que a la vez que protege la función renal, ayuda a mantener la masa muscular.
No obstante, a día de hoy,ningún producto que estimula la inmunidad frente a la leishmania sustituye el uso de antiparasitarios externos que evitan la picadura del flebotomo. Son productos que complementan la prevención de la leishmaniosis y que son establecidos a criterio profesional del veterinario.
