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La tercera edad canina: cuatro falsos mitos

La tercera edad canina: cuatro falsos mitos

Última actualización del articulo el día 02/05/2017

Un consejo patrocinado por Seresto de Bayer

En líneas generales, podemos decir que los perros de raza pequeña y mediana son abuelos a partir de los 10–11 años, y los de raza grande o gigante a partir de los 7–8 años. En ese momento,entran en la fase geriátrica. Se hacen mayores, envejecen. Es una etapa de la vida de los perros que conlleva alteraciones progresivas en su estado de salud, su comportamiento y sus necesidades. Y mientras que algunos de estos cambios son evidentes y conocidos por todos nosotros, otros no son más que mitos que conducen a creencias equivocadas. Los expertos de Seresto de Bayernos ayudan a desmontar algunos de estos mitos.


No se pueden anestesiar


Algunas personas creen que a partir de cierta edad es peligroso anestesiar a un perro. Y no es así, es un mito: la anestesia -siempre que se aplique de manera correcta y, efectivamente, teniendo en cuenta el estado físico y edad del can- no tiene porqué implicar un riesgo. 

Los perros, como las personas, pueden desarrollar enfermedades asociadas al envejecimiento. Las más comunes son las lesiones por “desgaste” de órganos vitales como los riñones, el hígado o el corazón que pueden causar una insuficiencia orgánica más o menos grave. En estas situaciones el riesgo anestésico es mayor que en un animal sano pero esto no implica que la anestesia esté necesariamente desaconsejada.

Para controlar y disminuir los riesgos asociados a la anestesia el veterinario deberá comprobar el estado de salud real de nuestro perro mediante un análisis completo de sangre, radiografías de tórax y un electrocardiograma. Con los datos obtenidos gracias a estas sencillas pruebas podremos determinar si algún órgano no funciona de forma correcta y tratar de estabilizarlo, si es posible, antes de la anestesia.

Y cuando se trata de procedimientos más sencillos como una limpieza de dientes, siempre bajo la supervisión de tu veterinario, no hay porqué temer a la anestesia.


Es normal que estén menos juguetones y que les cambie el carácter


Los perros pueden ir cambiando de carácter a medida que se van haciendo mayores, es normal. Algunos dirán que la vejez ha vuelto “gruñones” a sus otrora imparables y simpáticos canes, que ya no juegan o interactúan con otros perros. 

Aunque en algunos casos puede existir un trastorno neurológico degenerativo asociado a la edad, en otras muchas ocasiones los perros cambian su actitud porque no se encuentran del todo bien. Es importante distinguir entre la tranquilidad de la tercera edad y los posibles problemas físicos que hacen que un perro esté, efectivamente, más gruñón o letárgico.

Frecuentemente encontramos perros con dolor causado por desgaste de las articulaciones, falta de visión que les dificulta la movilidad en su entorno o déficit de audición que empeora sus capacidades comunicativas, entre otras alteraciones físicas.

Es muy recomendable que consultes cualquier cambio con tu veterinario, no sólo porque podrá recomendarte opciones para mejorar su calidad de vida sino porque en caso de que sea un síntoma de alguna enfermedad, la detección temprana será clave. 

Puedes, por ejemplo, pensar en cambiar su cama para que sea ortopédica y así descanse mejor: esto puede contribuir a que esté más activo. Puedes plantearte el uso de condoprotectores para sus articulaciones... seguro que tu veterinario podrá darte buenos consejos al respecto.


No tienen capacidad de aprender



Aunque ciertamente la plasticidad del cerebro es menor que en animales jóvenes, si tu perro se mantiene en forma y juegas con él a menudo, enriqueciendo su entorno y alimentando su curiosidad puede seguir aprendiendo nuevos trucos durante muchos años y cambiar algunos hábitos si le ayudas a hacerlo de forma adecuada y con un poco de paciencia.



No es necesario vacunarlos


Existe la creencia que no es necesario vacunar a los perros cuando envejecen suponiendo que sus defensas ya son suficientemente desarrolladas tras tantos años vacunándoles.

Nada más lejos de la realidad. Muchas de las enfermedades víricas que afectan a los perros lo hacen en aquellos que tienen las defensas comprometidas y este puede ser el caso de la mayoría de perros mayores. Por eso es imprescindible que sigas su plan de vacunación y todo el programa de prevención de enfermedades que recomiende tu veterinario durante toda la vida.






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