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La depresión postvacacional en perros: ¿existe? ¿qué puedes hacer para paliarla?

La depresión postvacacional en perros: ¿existe? ¿qué puedes hacer para paliarla?

Última actualización del articulo el día 01/09/2022

La vuelta a la rutina y el fin de las vacaciones nos afecta a todos, también a los perros. Para ellos, además, es algo que llega de sopetón...

Es normal que algunos se muestran decaídos cuando de un día para otro tienen menos tiempo de juego, menos tiempo con sus humanos.

En ocasiones puede tener efectos algo más marcados: puede traducirse en alteraciones de conducta que pueden llegar a ser comparables con síntomas depresivos. Es importante no ignorar esos comportamientos y poner remedio cuanto antes puesto que así serán más fáciles de tratar y evitaremos que puedan convertise en crónicos.

Alba Benitez, Etóloga canina nos da las claves sobre esta cuestión.

Problemas de conducta a la vuelta de las vacaciones

Las vacaciones son un paréntesis en la rutina del hogar. Los horarios cambian, las actividades diarias de la familia se vuelven mucho más lúdicas y, para los perros suele ser un periodo en el que disfrutan de más horas de compañía y juego.

Al volver al hogar, la vuelta a la rutinanos afecta a todos, también a nuestros canes. Y además, ellos se contagian de nuestro cambio de humor, de ese "bajón" que sienten muchos cuando piensan en volver al trabajo después de disfrutar días de relax y buena vida.

Tras las vacaciones, pueden darse algunas alteraciones de conducta como:

1- Pérdida de hábitos higiénicos

No es extraño que un perro que antes sabía perfectamente controlarse para hacer sus necesidades en la calle y no en el interior de la vivienda, de repente vuelva a orinar o defecar dentro de casa tras las vacaciones.

La razón es que se ha perdido la rutina de horarios fijos y es necesario que el perro vuelva a habituarse a ella.

¿Qué hacer?

Además de tener paciencia y no regañar al perro (pues necesita un periodo de adaptación), hay que intentar sacarlo a la calle con frecuencia e ir recuperando, tan progresivamente como se pueda, los horarios habituales de paseo.

2- Reclamo de atención

Si el perro ha tenido mucha más atención por nuestra parte durante las vacaciones, ahora no podemos recriminarle que demande nuestro contacto. Como ocurre con los niños pequeños, habrá que ir reajustando la situación de forma progresiva.

¿Qué hacer?

Aprovechemos el regreso de las vacaciones para adquirir nuevas rutinas que, en la medida de lo posible, incluyan tiempo para jugar y pasear con nuestro perro.

De esta manera, ni él o ella se sentirán abandonados ni nosotros perderemos el buen vínculo que hemos creado con nuestro perro.

3- Incapacidad para quedarse solos y tranquilos en casa

Algunos perros sufren mucho cuando, después de haber estado en compañía de sus personas prácticamente 24 horas al día, de repente tienen que pasar largas jornadas de trabajo solos.

Este sufrimiento puede desembocar en lo que se denomina un “trastorno de ansiedad por separación”, o problemas relacionados con la separación, un trastorno grave al que hay que poner solución cuanto antes.

Los perros que padecen ansiedad por separación suelen ladrar, gemir y llorar cuando el propietario se marcha, rascar puertas y ventanas para huir a su reencuentro, destrozar objetos domésticos para liberar su estrés, etc.

Son perros muy sensibles a la soledad. Se trata de un problema común y la vuelta de las vacaciones puede ser el detonante para la aparición de este trastorno.

¿Qué hacer?

La ansiedad por separación afecta gravemente al bienestar del perro. Su solución pasa por habituar al animal a quedarse solo en casa de forma muy progresiva, algo que requiere de la intervención de un especialista en comportamiento canino.

En algunos casos, incluso puede llegar a ser necesario administrar algún tipo de medicación, combinándola con un intenso trabajo de modificación de conducta.

La buena noticia es que, con ayuda profesional y si el problema se aborda al poco de haber aparecido, pueden lograrse muy buenos resultados.

4- Actividad exagerada

Es normal que un perro que ha tenido un alto nivel de actividad durante las vacaciones no sepa disminuirlo de forma radical al regresar al hogar habitual.

¿Qué hacer?

Hay que tener paciencia y, sobre todo, intentar ofrecerle al perro ratos de ocio de calidad. Si es necesario, habrá que hacer un esfuerzo y, durante las primeras semanas tras el regreso de vacaciones, poner el despertador un poco antes para sacar al perro a pasear sin prisa y dejando que juegue con otros perros (si le gusta) y olfatee el ambiente con tranquilidad. Eso calmará al animal y lo dejará más predispuesto a aceptar nuestra ausencia si tenemos que irnos a trabajar.

 

Depresión postvacacional

Los expertos todavía no tienen evidencias de que un perro pueda sufrir depresión de la misma manera que la sufrimos las personas.

Sin embargo, según la veterinaria Bonnie Beaver, del Colegio de Veterinarios de Comportamiento y profesora de la Universidad de Texas A&M, la práctica clínica dice que hay algunas situaciones donde un trastorno por depresión es la única explicación.

Síntomas de depresión en perros

Los síntomas más comunes de la depresión en perros son la alteración de los hábitos de comer y dormir, la apatía, el no disfrutar con las mismas cosas con las que disfrutaban antes, el hecho de no participar en los juegos que anteriormente les llamaban la atención, etc.

Los dos detonantes más comunes para las depresiones caninas son la muerte de algún otro perro en la casa o la muerte de algún miembro de su familia humana.

Hay que tener muy en cuenta, además, que los perros "respiran" las emociones de las personas en su entorno por lo que si se ha producido algún suceso triste, esto también les afecta a ellos.

Los veterinarios advierten que estos síntomas pueden estar relacionados, también, con un problema médico. Por eso lo importante es detectarlos cuanto antes y llevar al perro a la consulta para que se le practique un examen general.

Hay que pensar que un perro alicaído o desanimado, que ya no quiere pasear o jugar como antes, puede ser, simplemente, un perro que padezca, por ejemplo, un dolor articular.


Los perros son animales sensibles

Los perros son animales muy adaptables pero también sufren con los cambios bruscos. No hay que olvidar que el ajetreo de las vacaciones tiene efectos sobre ellos igual que los tiene para nosotros.

Si, al volver de vacaciones, detectas que tu perro se comporta de forma diferente a como lo hacía antes, consulta siempre con un especialista para salir de dudas.

Alba Benítez
Etóloga canina
Directora en Simiperrohablara.com