Además de que el momento es devastador a nivel emocional, lo normal es no tener ni idea de qué hacer, a nivel práctico o legal: por eso mismo compartimos aquí algunos consejos que pueden ayudar a saber cómo gestionar ese proceso tan doloroso.
En España, la ley prohibe los entierros de animales en lugares no autorizados y también los "deshechos descontrolados". Es decir, normalmente no está permitido enterrar a nuestro can en el jardín, en el campo, etc.
Hay excepciones. En la Comunidad de Madrid esto ha cambiado recientemente para aquellos casos que cumplen ciertos requisitos: contar con la autorización previa del Área de Ganadería de la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Alimentación, que los animales no hayan muerto por una enfermedad de declaración obligatoria y que el enterramiento se realice en un lugar en el que no haya riesgo para la salud pública, sanidad animal y medio ambiente.
En Galicia también se permite el enterramiento de animales de compañía en propiedad particular, mientras que en Asturias solo en zona remota o inaccesible para recogida.
Pero lo habitual es que si tu perro muere en una clínica veterinaria ellos te ayuden con todos los trámites, incluyendo la baja en el registro de animales correspondiente.
Si muere en casa, bien tras una eutanasia bien de forma inesperada, tendrás que avisar al Ayuntamiento puesto que en ambos casos, sea en el veterinario o en casa, es tu responsabilidad legal ocuparte del destino final del cuerpo de tu can.
Las opciones, por regla general, son tres:
- Incineración colectiva
- Incineración individual
- Entierro en un cementerio de animales autorizado.
La gran mayoría de los Ayuntamientos tienen servicios de retirada de animales muertos (que son posteriormente trasladados a centros de incineración colectiva)
En Madrid es un servicio gratuito, pero no es la norma: la mayoría de municipios cobran algo por acudir a domicilio.
En Barcelona, por ejemplo, estos son los precios de recogida de animales muertos a domicilio:
Animales de peso hasta 30 Kg.: 29,29 euros
Animales de 30 y hasta 80 Kg.: 29,29 euros
Animales de más de 80 Kg.: 168,12 euros
¿Cómo funciona? En el caso de Madrid, por ejemplo, hay que llamar al 010 o al 915 298 210 si llama desde fuera de la ciudad para solicitarlo. En teoría atienden todas las peticiones en un plazo máximo de 24 horas.
En ese caso, los funcionarios municipales que acudan al domicilio se harán cargo del cuerpo del can. No te devolverán nada, ni urna ni cenizas, puesto que el destino del perro será la incineración colectiva.
Las cenizas de los animales que son incinerados así las tratan empresas de eliminación de residuos y suelen ser depositadas en vertederos.
Hay que tener en cuenta que si el can ha fallecido en casa, siempre habrá que notificárselo a nuestro veterinario puesto que tendrá que dar de baja el chip.
Hay diversas empresas en toda España que ofrecen este servicio. El coste puede variar entre menos de 200 € y hasta 300 €.
La incineración dura hasta tres horas y es habitual que puedas estar presente si así lo deseas.
Cada empresa tendrá sus normas pero lo normal es que después te entreguen una urna con las cenizas y un certificado garantizando esa incineración individual.
En España no hay muchos cementerios de animales oficiales. Entre los más conocidos están El Último Parque, en (Arganda) Madrid. Sena, a 25 minutos de Valencia, en Montserrat. Y, El Cementerio de Pequeños Animales (The Loved Ones), cerca de Barcelona.
En la mayoría de cementerios hay que entregar un certificado veterinario para mostrar que el can no ha muerto por alguna enfermedad ontagiosa, ya que en ese caso el cadáver debe ser destruido de forma que no pueda transmitir la enfermedad.
Las tarifas y opciones, de nuevo, varían pero lo normal es que haya tanto fosas individuales como colectivas y espacios en los que esparcir cenizas y colocar una placa. Hay, en el caso de las tumbas individuales, un coste de mantenimiento anual.
Y si tenías contratado un seguro de responsabilidad civil o cualquier otro tipo de seguro veterinario, recuerda darlo de baja.