Este interesante -y, para qué negarlo, bastante zampable- experimento llevado a cabo por investigadores del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, ha analizado la relación entre cachorros de perro, gato y lobo y las personas.
Y los resultados pueden tener una aplicación práctica en el ámbito de la educación canina, como sugieren los investigadores, puesto que han comprobado que los cachorros (de perro) imitan a las personas sin necesidad de utilizar ninguna recompensa alimenticia. Es decir, esto daría pie a potenciar métodos de educación canina que dependan menos de la comida pero sí exploten la tendencia natural de los perros a aprender socialmente de los humanos.
Las diferencias entre perros y gatos que señalan los investigadores son clave para entender porque sospechaban que los primeros probablemente tendrían una mayor tendencia a emular acciones humanas:
Los antepasados de los gatos (Felis silvestris lybica) eran cazadores solitarios, mientras que los parientes más cercanos de los perros eran cazadores en manada. Además, la divergencia entre el perro y los lobos modernos se produjo hace entre 20.000 y 40.000 años mientras que los gatos fueron domesticados más recientemente, hace aproximadamente 10.000 años. Y por último, durante su historia en el entorno humano, los perros a menudo cumplieron funciones cooperativas, mientras que los gatos se mantuvieron principalmente porque sus presas típicas incluían plagas de roedores.
En cuanto a los lobos, hay pocos estudios comparativos sobre el aprendizaje social en perros y lobos criados por personas, de ahí el interés por incluirlos también.
Para ello expusieron a 42 cachorros de perro, 39 gatitos y 8 cachorros de lobo a diversas acciones relacionadas con un objeto.
Los perros enseguida miraban a las personas y prestaban más atención algo que no sucedía ni con los pequeños mininos ni los lobos.
En general, los cachorros de perro y, hasta cierto punto, los cachorros de lobo (pero no los gatitos) aumentaron su tendencia a interactuar con los objetos en ensayos que incluían una demostración.
Los cachorros de perro también tendían a reproducir la demostración humana que difería de la acción que normalmente realizaban en ausencia de demostración.
Estos resultados respaldan que los cachorros de perro muestran una tendencia a prestar atención a los humanos y adaptar su comportamiento a las manifestaciones humanas en ausencia de recompensas alimentarias extrínsecas.
Y podría conducir al desarrollo de formas novedosas de enseñar nuevas tareas a cachorros y perros adultos, basándose en su tendencia espontánea a la coincidencia de acciones.
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