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Educación canina

¿Es la raza lo más importante a la hora de formar o elegir a un perro de terapia?

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Última actualización del articulo el día 11/10/2020

Hay Labrador Retriever, Golden Retriever, West Highland White Terrier (Westy para los amigos) y dos razas propias, comúnmente llamadas mestizas. Todos ellos forman o han formado parte del gran equipo perri-humano de Dogtor Animal.Son perros que viven en familia pero que tienen un trabajo muy especial, junto a sus humanos: ellos ayudan a mejorar la vida y la calidad de vida de muchas personas.

Entonces, ¿hay una raza ideal?

En Dogtor Animal son expertos en todo tipo de intervenciones asistidas con animales, también en ocio y en educación asistida con animales. Y esto es lo que ellos nos han explicado: 

No existe una raza ideal, lo que sí existen son individuos ideales para ser perros de terapia.

Hay determinadas razas que son más seleccionadas por sus características generales, como los Labradores o los Golden, que son sociables por naturaleza, pero no quiere decir que cualquier perro de estas razas sea el adecuado.

A la hora de elegir a nuestro perro de terapia debemos valorar muchas cosas para tomar una buena decisión, pero la raza, desde luego, no es una de ellas.

Vamos a ir viendo en qué debemos fijarnos utilizando a Fina como ejemplo.


La apariencia es importante:no nos referimos a que tenga que ser el perro más guapo del mundo, ni mucho menos, aunque para los enamorados de los perros, como nosotros, todos son preciosos, ¿verdad?

Lo que sí es importante es que provoque sentimientos positivos, como ternura, emoción o confianza. Nosotros, cuando miramos a Fina, sentimos todo eso y más, ¿no os sale una sonrisa de oreja a oreja al ver esa carita?

En este trabajo el tamaño sí que importa. ¿Por qué? Pues porque no es lo mismo subir a las piernas de alguien un perrito de 4 kilos, como Fina, a un perrazo de 50 kilos.

Si yo tuviera que coger en brazos a uno de los dos, escogería al pequeño sin dudarlo. Pero, no siempre necesitamos perros pequeños, claro. Si necesitamos un perro que ayude a un bebé a apoyarse para mantenerse en pie, por ejemplo, Fina sería de poca ayuda.


A la mayoría de los peludos no les gusta mucho que les cojan en brazos ni que les demos abrazos muy intensos. ¿Os imagináis lo que pasaría si a esos perritos se les pusieran encima 4 niños a la vez dándoles un abrazo o les cogiera en brazos un abuelo para darles un sonoro beso? Pues, desde luego, los pobres no disfrutarían lo más mínimo. Por eso, es imprescindible que un perro de terapia disfrute del contacto con las personas, que se deje coger, achuchar y mimar. Fina en eso, es toda una experta, por eso la fichamos para el equipo.

Por último, los perros de terapia tienen que ser extremadamente sociables, al fin y al cabo, van a pasar buena parte de su tiempo rodeados de todo tipo de personas, sí, de todo tipo, y le tienen que gustar todas ellas.

Esto se puede trabajar cuando son cachorros, sin duda, pero hay perros que tienen una predisposición natural a acercarse a las personas: esos canes que ven a una persona y se acercan moviendo el rabito a recibir mimos, que no sólo disfrutan del contacto, si no que lo buscan. Pues Fina es así.

Pensaréis que se nos ha olvidado decir que tienen que ser perros muy listos que sepan dar la pata, hacer la croqueta o saludar. Pues no se nos ha olvidado, no, es que eso no es lo importante a la hora de elegir a un perro de terapia.

Al fin y al cabo, con más o menos esfuerzo por nuestra parte, y siempre con adiestramiento basado en el refuerzo positivo, podemos enseñar a cualquier peludo a hacer mil y un habilidades. En definitiva, lo realmente importante es encontrar al perro que disfrute y haga disfrutar trabajando como coterapeuta.


Amelia García Carmona
Etóloga veterinaria y Técnico en Intervenciones Asistidas con Animales.


Dogtor Animal

 

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