Para miles, millones de personas en todo el mundo es la forma más poética de hablar de la muerte de un perro, decir que cruzó el arco iris. Ese símbolo que de alguna manera sugiere que tras ese puente hay un lugar feliz donde nuestros canes nos esperarán...
Y quizá no sepan ni porqué se dice esta frase, muchos ni siquieran sabrán que tras la frase hay un bello texto... escrito en 1959 por una joven de 19 años cuyo perro acababa de morir.
Es impresionante ver cómo ha perdurado ese texto, esa idea, aunque durante muchísimos años haya pasado de mano en mano como un texto anónimo.
Se ha compartido y repetido hasta la saciedad, incluso hay inscripciones con parte del texto en diversos cementerios de animales...
No fue hasta febrero de 2023 que lograron localizar a la persona tras este homenaje al vínculo entre personas y perros, Edna Clyne-Rehky.
Fue Paul Koudounaris, un historiador especializado en temas relacionados con la muerte (y con los gatos) quien logró dar con la verdadera autora del texto.
Edna, que tiene ahora 82 años, ha guardado todos estos años el texto original, el que escribió para honrar la memoria de su querido perro, de Major. Se lo enseñó a Koudounaris y le contó que ella le había dado el texto a algunas personas de su confianza y poco a poco se fue corriendo la voz.
Edna ha seguido conviviendo con canes toda su vida, les ha dedicado cuadros y también libros: curiosamente, a su lado hay un podenco al que ella rescató en España, en Muro de Alcoy donde vivió unos años junto a su marido.
Ese perrete, al que llamó Zanussi, porque lo encontró herido, dentro del tambor de una lavadora, viajó con ella cuando volvió a Escocia, cuando el Alzheimer de su marido se agravó. De hecho, ha escrito un libro narrando esa experiencia cuyos beneficios son para asociaciones dedicadas a ayudar a las personas que sufren esta dolencia pero tuvo la mala fortuna de que un desgraciado copiara el manuscrito y lo vendiera por su cuenta...
Aquí os dejamos el texto original y la traducción:
El puente del Arcoíris, por Edna Clyne-Rekhy
Justo de este lado del cielo hay un lugar llamado El Puente del Arcoíris. Cuando muere un animal que ha estado especialmente unido a alguna persona aquí, entonces va al Puente del Arcoíris.
Hay prados y colinas para que todos nuestros amigos especiales puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y los amigos están calentitos y cómodos. Todos los animales que han estado enfermos y viejos recuperan la salud y la fuerza, los que tenían heridas se curan y vuelven a estar bien, como los recordamos antes de ir al cielo.
Están felices y contentos excepto por una pequeña cosa: cada uno extraña a alguien muy especial para ellos que tuvo que quedarse atrás.
Todos corren y juegan juntos, pero llega el día en que uno de repente se para y mira a la distancia, le brillan los ojos, su cuerpo tiembla. De repente, comienza a huir de la manada, corriendo sobre la hierba, sus patas lo llevan cada vez más rápido, y cuando tú y tu amigo especial finalmente os encontráis, os fundís en un abrazo feliz para no volver a separaros jamás.
Tú y tu perro lloráis de felicidad. Tus manos vuelven a abrazar su cabeza y miras de nuevo sus ojos confiados, desaparecidos de la vida hace tanto tiempo, pero nunca ausentes de tu corazón, y entonces cruzáis juntos el Puente del Arcoíris.
The Rainbow Bridge
Just this side of heaven is a place called Rainbow Bridge. When an animal dies that has been especially close to someone here, your pet goes to Rainbow Bridge. There are meadows and hills for all of our special friends so they can run and play together. There is plenty of food, water, and sunshine, and friends are warm and comfortable.
All the animals who have been ill and old are restored to health and strength, those who were hurt are made better and strong again, like we remember them before they go to heaven.
They are happy and content except for one small thing, they each miss someone very special to them who had to be left behind.
They all run and play together, but the day comes when one suddenly stops and looks into the distance, his bright eyes are shineing (sic), his body shakes. Suddenly he begins to run from the herd, rushing over the grass, his legs carrying him faster and faster, and when you and your special friend finally meet, you cuddle in a happy hug never to be apart again.
You and your pet are in tears. Your hands again cuddle his head and you look again into his trusting eyes, so long gone from life, but never absent from your heart, and then you cross the Rainbow Bridge together.
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