La otitis es una de las patologías más molestas que existen, tanto para nosotros como para nuestros fieles amigos. Para conocer más a fondo esta enfermedad, en Advantix han hablado con Carme Seoane, veterinaria, gerente y directora técnica de la clínica veterinaria Can Cat, donde del 5% al 12% de las consultas caninas que reciben son a causa de la otitis. Esta dolencia se definiría como una inflamación del pabellón auricular que puede extenderse a los conductos auditivos.
Lo primero que ha comentado Carme es la importancia de saber que no afecta igual a humanos y a perros, así como tampoco afecta de la misma forma a diferentes razas caninas. Perros como el Cocker, el Labrador Retriever o el Bulldog son más proclives a padecer esta patología. Sin embargo, cualquier otro perro puede tener otitis dependiendo de diversos factores que deben ser analizados.
Causas de la otitis
En la clínica veterinaria Can Cat exploran al animal por completo para determinar qué causas pueden haberle provocado la otitis. Dentro de esta lista se pueden encontrar factores como la forma de las orejas y su caída, que el perro sufra dermatitis, que se bañe con asiduidad en ríos, que viva en un ambiente húmedo, que tenga alguna enfermedad endocrina propensa a la otitis…
En ciertas ocasiones, se pueden encontrar espigas, pólipos u otros cuerpos en los conductos auditivos de nuestro fiel amigo que también pueden ser causantes de la enfermedad. Por otra parte, se debe descartar la existencia de bacterias o parásitos como el octodectes, que es un ácaro.
¿Cómo tratar la otitis canina?
En opinión de Carme, lo ideal es apostar por un tratamiento preventivo que facilite una higiene adecuadade forma periódica con los productos idóneos. En la mayoría de casos, este tratamiento es tópico aumentando la verticalidad del conducto auditivo cuando se aplica el producto. Aun así, algunos pacientes requieren tratamientos específicos.
Es importante actuar con rapidez porque los perros suelen responder muy pronto al tratamiento y, si la otitis dura mucho tiempo y se vuelve crónica podría causar un fallo auditivo y desencadenar hasta una pérdida de audición casi completa. Por eso, ante la mínima sospecha, no olvides visitar a tu veterinario.
