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Vidas vividas pata a mano: los amores incondicionales de los humanos que conviven con canes viejitos

Vidas vividas pata a mano: los amores incondicionales de los humanos que conviven con canes viejitos

Última actualización del articulo el día 26/10/2018

Hemos hablado varias veces de Project Unconditional, una serie de relatos tanto fotográficos como en vídeo y posteriormente en versión libro sobre los amores incondicionales de los humanos que conviven con perros viejitos. Es un proyecto precioso que ahora continúa en sus redes sociales, tanto en facebook como en instagram. Retratos e historias que conmueven sí o sí porque logran congelar sonrisas tiernas, miradas cómplices, caricias pausadas que lo dicen todo, una vida vivida conjuntamente, pata a mano.

Tu "perro del corazón", el precioso homenaje a una amistad eterna

"No me importa que tengas un año más que yo. Si yo puedo subir las escaleras, tú también puedes", bromea Shirley, la mujer que adoptó a una perrilla viejita justo un año después de que muriera su marido.

Molly ha cambiado su vida, ya no está sola, ya no vive solo para sí misma. Ahora disfruta de ese amor incondicional que es el mismo que ella siente por su perra. 

Es una de las historias que inicialmente compartían en vídeo desde Project Unconditional. Ahora la fotógrafa e impulsora de esta iniciativa, Jane Sobel Klonsky, va publicando diversas fotos e historias que, igualmente, contagian ternura y amor por los perros. 

Historias como la de John y su perro, Forrest, del que ya se ha despedido:  

"John adoptó a Forrest cuando tenía unos 18 meses de edad. Él ya tenía 3 perros y ciertamente no necesitaba un cuarto, pero algo en su cara le dijo a John que era muy especial.

Se unió a su familia con toda la energía típica de un joven Braco Alemán de Pelo Corto: salvaje y alocado, pero nunca destructivo, y muy juguetón, persiguiendo a los niños en un animado juego de corre, corre que te pillo. Forrest se abrió camino en todos sus corazones. Y fue el compañero constante de John durante casi 12 años. A lo largo de diversos altibajos, él siempre estaba allí, frenéticamente moviendo su pequeño rabillo.

Después de que los otros perros de John fallecieran, fueron a una protectora y regresaron a casa con Jenny, otra Braco dulce y alocada de 3 años. Y pronto Teri, Kelsey y Hope se convirtieron en parte de la familia.

Desafortunadamente, la salud de Forrest comenzó a declinar. Las múltiples visitas al veterinario revelaron que tenía mielopatía degenerativa, una enfermedad incurable de la columna vertebral. Forrest comenzó a perder fuerza en sus patas traseras y necesitaba ayuda para moverse. Forrest, sin embargo, no mostró signos de rendirse, apoyándose en ese espíritu salvaje y loco que había tenido toda su vida.

Así que decidieron que harían lo que pudieran para ayudarlo. Investigaron las sillas de ruedas y seleccionaron un modelo que pensaron que funcionaría. Forrest se hizo con él de inmediato, casi como si supiera que estaba allí para ayudarlo. Y comenzó a actuar como un perro con la mitad de años, corriendo por el parque persiguiendo a sus hermanas. Añadieron ruedas delanteras porque la enfermedad también comenzó a afectar sus patas delanteras. Pero nada apagó su espíritu. Forrest incluso tenía su propia página de Facebook llamada "Corre, Forrest, Corre" creada para inspirar a otros dueños de canes a considerar todas las opciones para perros con alguna discapacidad."

Si entráis en su facebook seguro que encontráis alguna otra historia que os toque el corazón.

 

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