Su apodo podría ser "el cura de los perros" porque este sacerdote brasileño se desvive por ellos: desde hace años ofrece alimentos y cobijo a los canes de la calle que hay en su localidad, en Gravatá, ha adoptado a varios y trata de cuidar de los que se acercan a su iglesia, cuyas puertas siempre están abiertas para estos animales. Él anima a sus feligreses a seguir su ejemplo, para que no miren hacia otro lado si se topan con un perro que necesita ayuda, para que consideren adoptar.
En la parroquia de Sant'Ana, cuyo responsable es el padre Joao Paulo Araujo Gomes, todos son bienvenidos, también los perros callejeros. Han puesto comederos para los canes en los laterales de la iglesia y en su interior siempre pueden encontrar cobijo y más de una caricia.
De hecho, son invitados a entrar por el propio padre para que así los conozcan los feligreses y puedan ser adoptados.
Basta entrar un momento en las redes sociales de este sacerdote para ver el gran trabajo constante que desempeña para mejorar la vida de los perros en su localidad: si se encuentra a un animal que necesita ayuda, él no lo duda.
Incluso lleva al veterinario a los perros que lo necesitan y cuida de ellos hasta que puedan ser adoptados.
En este reportaje podréis conocer con algo más de detalle el lado más animal de la parroquia de Sant'Ana Gravatá, donde también bendicen a los animales de los feligreses. Impresionante lo que puede llegar a conseguir una persona que no mira hacia otro lado...