Cuentanlos voluntarios de SCARS, en Grecia,que día sí y día también se topan con esta escena, camadas de mininos abandonados junto a los caminos. No siempre tienen la suerte de ser rescatados a tiempo: esta vez fue gracias a Aragon, un perro adoptado, porque él fue quien se percató de que había algo junto a una carretera y empezó a tirar de la correa...
El perro no sólo localizó a los gatitos sino que, una vez que se los llevaron a casa, Aragon se convirtió en su "padre adoptivo", encantado de compartir juegos, tiempo y espacio con esos pequeños e imprables mininos.
Claro que Aragon ya ha tenido más de un BFF gatuno: su humana y él adoptaron a una gata a la que conocieron en sus paseos, Simone :-)