Wrigley se está convirtiendo en un viajero empedernido aunque eso no es lo mejor de su vida. Lo mejor es que tras haber pasado sus primeros años atado, sin poder salir de un cobertizo y sin recibir ni un átomo de cariño, ahora tiene una familia que le adora y le lleva a todos lados.
Wrigley, ya lo veréis, es zampable y ha pasado de recelar de los humanos a ser un locuelo absolutamente feliz.
Él viaja en avión junto a su humano -en una línea aérea que, además de perruna, demuestra su solidaridad con cierta frecuencia- y así está descubriendo el mundo y los mimos de todos los que se cruzan con él.
A Wrigley no le afecta puesto que es chiquito y puede viajar en cabina sin más pero hablando de viajar con perro en avión, acabamos de descubrir que Iberia ya NO permite volar con animales de apoyo emocional, salvo en los vuelos con origen y destino EEUU.
Aquí podéis consultar la normativa para viajar con perro en avión, es cada vez más complicado la verdad, porque tampoco pueden volar los perros braquicéfalos de más de 8kg.