Eata es la historia de una mujer que decidió que no quería seguir viviendo sola y entonces adoptó a un guapo perro al que llamó Escamol. Los dos estaban tan contentos y tan felices pero entonces ella decidió que tenía que ampliar la familia perrunamente hablando. Y adoptó a otro can. Y luego a otro...
Dicen que en los humanos el nacimiento de un hermano puede provocar en un niño pequeño el llamado ‘síndrome del príncipe destronado’,es decir, la aparición de celos hacia el hermano recién llegado.
En el universo canino la decisión de incorporar a un nuevo perro a la familia también puede presentar problemas y por eso es buena idea hablar con un educador canino que te pueda ofrecer pautas prácticas para que esa integración sea fluida y tranquila.
En el caso (ficticio) de Escamol digamos que el can empieza a ver cómo cada vez tiene menos sitio en la cama -y en el corazón- de su humana, y no le gusta nada, claro. Pero, spoiler, hay final feliz.
Y lo que es aún mejor, en la vida real, Escamol y sus amigos perros viven juntos y felices en México DF. Capaz que hayan compartido alguna carrera con el saltarín Borras :-)