Las protectoras y perreras en medio mundo están llenas de perros considerados potencialmente peligrosos. Sus adopciones son siempre más difíciles -en España, entre otras razones, porque para ello se necesita una liciencia especial y, además, porque el día a día de un PPP implica complicaciones añadidas. Y por eso es tan especial ver historias como éstas que comparten en The Dodo sobre adopciones felices de guapos Pit Bulls.
Esta pareja ha tenido mucha, mucha suerte. Dos perros que probablemente se conocieron en la calle y que se habían hecho inseparables: por eso en la protectora soñaban con que pudieran ser adoptados juntos, porque estaba claro que no podían estar el uno sin la otra.
Y... sí, se produjo el milagro:
Y esta otra belleza es Harold, un can invisible para la mayoría cuando estaba en la protectora, incluso pese a haber sido instrumental en el rescate de unos cachorrotes abandonados en la basura.
Fue adoptado y devuelto en tres ocasiones. Nadie parecía interesarse por Harold salvo la voluntaria que iba a pasearle cada día hasta que... ¡ella misma decidió que tenía que compartir su vida con él!