Son cifras oficiales, las que comparten los ayuntamientos al día siguiente de la noche más corta, como si esto fuera todo un logro por su parte: en las playas de A Coruña han recogido 44 toneladas de basura tras San Juan, en Málaga han sido 20,8 toneladas (además de 6.300 euros para reparar mobiliario dañado), en Valencia 60 y en Barcelona, unas 65 toneladas.
Y esto por no hablar de la contaminación sonoraporque la pirotecnia brillo por todo lo alto en estas localidades y muchas otras.
Curiosamente, muchas de las playas donde se organizan estos eventos festivos (desde La Malagueta a Orzán o la Barceloneta), eventos en los que no le falta detalle a la contaminación y la suciedad son playas que han obtenido, un año más, su preciada Bandera Azul.
Garantía, presuntamente, de que son "espacios sostenibles para el disfrute de todas y todos" y también garantía de prohibición del acceso con perros puesto que para esta entidad -recordemos, privada- los perros son un riesgo para la salud de las personas.
Una incongruencia bastante llamativa: por mucho que los servicios de limpieza se afanen por recoger toda esa basura y todas esas porquerías generadas por humanos en la noche de San Juan, ¿en serio nos tenenos que creer que no queda rastro y que lo que es de verdad peligroso para la salud de las personas es la presencia de algunos perros sobre la arena, siempre que se recojan sus excrementos?
Pues da que pensar, la verdad.
Y sí, como siempre que se habla de perros se acaba hablando de cacas, este debate lo hemos tenido en nuestro instagram, también a raíz de la basura y del incivismo: no hace falta que sea San Juan para encontrarse con los restos de botellones diversos o de humanos guarros diversos al pasear por cualquier parque.
Pero da igual, los más guarros somos, siempre, las personas con perro.
Y sí, es muy cierto que hay demasiados incívicos que no recogen las cacas de su perro, algo que tiene un efecto tremendamente pernicioso para todos los demás. Cada caca no recogida es una campaña anti perros perfecta. Es nuestra responsabilidad limpiar tras nuestros canes.
Pero esa misma responsabilidad que se nos exige a las personas que convivimos con perro se le debería de exigir al resto, cualquier día del año. También cuando se hace la vista gorda con los petardos.
Civismo, sí, por encima de todo, pero vale ya de criminalizar siempre a las personas con perro.
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