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"Salvando Angeles Sin Alas" necesita acogida para tres perros con urgencia tras echarles de una residencia


Última actualización del articulo el día 21/12/2022

Después de que, tras remover cielo y tierra, hayan logrado acoplar a la mayoría de los perros, desde Salvando Ángeles sin Alas nos dicen que ahora mismo es urgente encontrar una casa de acogida para tres canes, Gala, Oso y Tana.

Sería en Madrid o cerca de Madrid.

Los tres son perros algo complicados por lo que no son aptos para cualquier familia: buscan hogares sin más animales y a ser posible con cierta experiencia.

Oso, por ejemplo, salió de la Cañada Real pero lleva ya mucho tiempo de rehabilitación y está a la espera de encontrar un hogar definitivo.

Si puedes acoger, escribe al 622 366 760 o ayúdales difundiendo para lograr obrar este milagro de Navidad.

Hay más formas de ayudar a Salvando Ángeles sin Alas y sus perretes:

- Por tan solo 1€ al mes, a través de su Teaming: https://www.teaming.net/salvandoangelessinalas

- Donativos a través de PayPal (asosasa@hotmail.com) o cuenta corriente, CAIXABANK IBAN ES96 2100 4828 3313 0054 0285

- Socios a partir de 6€ al mes puedes hacerte socio: www.asosasa.org/socios

- Padrinos a partir de 10€ al mes a uno de nuestros ángeles: http://www.asosasa.org/ayudanos/padrinos/

Y, cómo no, comprar regalos solidariamente chulos en su tienda online: www.asosasa.org/tienda

Si queréis saber qué ha pasado, en el comunicado que han compartido desde esta asociación están todos los detalles:

 

 

"Después de pasar más de 2 años con nuestros perros bajo el cuidado y la responsabilidad de la residencia en la que estaban, ayer lunes 19 nos hicieron sacar a todos nuestros perros, sin argumentos ni razones, solo la posibilidad de sacarles de ahí, sí o sí.

Achacado a un supuesto problema de seguridad, no entendemos qué ha podido cambiar tanto para que perros que llevan años viviendo allí se queden literalmente en la calle a solo unos días de navidad. Como tampoco entendemos por qué todos los perros son juzgados como peligrosos, partiendo de que la mayoría son sociables con personas, y a juzgar por las imágenes que ellos mismos difunden no han tenido problema para sacarles. ¿O acaso ha pasado algo que no nos han contado?

Todos ellos llegaron a esta residencia por no haber ningún otro lugar que nos aceptara cuidar de ellos, llegando sus vidas incluso a estar en peligro por no tener espacio real donde meterles, pero siempre nos hicieron un hueco para darles la comprensión y el bienestar que necesitaban y se merecían.

En este tiempo todos ellos han tenido una vida bastante plena, han mejorado en calidad de vida, en su manera de relacionarse con otras personas y perros… han tenido lo mejor mientras esperaban ese hogar que sigue sin llegar.

Ahora nos vemos de nuevo en la misma tesitura. Nos han obligado a sacarles, y ahora, ¿dónde les meteremos si su lugar seguro ya no existe?

Son perros especiales que siempre han necesitado un lugar especial, uno que vele por el bienestar animal de todos, sin vetarles por su pasado o presente. Y una residencia cuyo lema reza “que todos son bienvenidos, cada animal es especial y único” está dejando bastante claro que NO todos los perros lo son.

Buscamos urgentemente residencias o acogidas pagadas para poder ubicar temporalmente a nuestros perros hasta que podamos ubicarles de nuevo, pero no podemos dejarles en la calle como pretenden desde esta residencia que, lejos de velar por ellos, les han regalado unas navidades de pesadilla.

Se supone que luchamos por darles a TODOS la misma oportunidad de tener la vida plena que los humanos ya les arrebataron antes, no podemos permitir que volvamos a demostrarles el mal del que los humanos estamos hechos.

Ayer estuvimos demasiado ocupados sacando a nuestros perros de allí, haciendo cientos de llamadas para movilizar gente no solo para sacarles de allí, sino para encontrar dónde meterles. Estuvimos muchas horas en plena noche encerrados en los coches con ellos porque no teníamos dónde ir.

Pero después de tanta espiral de mala suerte se asomó un poco de luz cuando a medida que iban pasando las horas, diferentes personas nos hacían huecos de extrema urgencia. Sin estos ángeles de la guarda no sabríamos que hubiera sido de ellos hoy.

Después de cientos de kilómetros, horas de nerviosismo y kilos de incertidumbre, llegamos de madrugada a nuestras casas agotados física y psicológicamente pero con la conciencia y el corazón tranquilo de saber que todos los perros pudieron dormir tranquilos y calentitos."

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