Picasso nació con una deformidad facial evidente, a él nadie lo iba a comprar, por eso fue entregado de inmediato a una perrera. Su hermano Pablo, como el resto de la camada, sí fue vendido pero al poco tiempo se lo devolvieron al criador y por eso Pablo acabó junto a Picasso, en la misma perrera. Su futuro era el sacrificio, su único crimen que alguien, la misma persona que los entregó porque no podía venderlos, ejercía de criador de manera absolutamente irresponsable.
Pablo y Picasso están juntos y han tenido mucha, pero mucha suerte: por pura casualidad, la responsable de una asociación llamada Luvable Dog Rescue preguntó en la perrera si tenían algún caso especial y ellos le mandaron la foto de Picasso. Al ver su expresión triste y cara de buenazo, no lo dudó, sobre todo al saber que tanto él como su hermano estaban ya en la lista negra, la lista de los perros que iban a ser sacrificados: se hizo cargo de ambos, de Picasso y de Pablo. Ahora su vida ya no corre peligro y lo más probable es que logren ser adoptados juntos porque son inseparables.
Luvable Dog Rescue hizo fotos a Picasso y a Pablo; se ocuparon de difundir su historia y así ha aparecido en The Dodo, Huffington Post, Buzzfeed y muchos otros medios. Los retratos de Picasso con su sonrisa torcida y aire de buenazo han captado la atención de miles de personas.
Gracias a eso, cuentan en su web, se han visto inundados de peticiones de todo EEUU de gente que quiere conocer a los hermanos y adoptarlos.
Cientos de personas se han interesado por los hermanos. El objetivo es no separarlos, que puedan encontrar un buen hogar los dos juntos.
Antes de eso, Picasso pasará por una pequeña operación: parece que el único efecto negativo de su deformidad es que tiene un diente que se le clava y habrá que quitárselo. También le harán radiografías para confirmar que, efectivamente, eso es lo único que hay que ajustar en su mandíbula.
