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Perros "adictos" a los juguetes: un estudio analiza cuando los juegos dejan de tener efectos positivos

Perros

Última actualización del articulo el día 10/10/2025

¿La motivación excesiva por los juguetes en perros es comparable a una adicción conductual en personas? Esto es lo que querían comprobar Alja Mazzini, Katja Senn, Federico Monteleone y Stefanie Riemer, de las Universidades de Berna y Viena. Para ello han elaborado un test específico y un estudio en el que han participado 105 perros de entre 12 meses y 10 años.

Y, de alguna manera, es lo que han constatado, aunque con cautelas (no es necesariamente sencillo distinguir una alta motivación normal y conductas verdaderamente adictivas): algunos canes son incapaces de dejar de jugar con ciertos juguetes incluso si están cansados o se lesionan; también ignoran todos los demás estímulos posibles, desde comida a interacciones sociales.

Muchas de las reflexiones de este estudio son interesantes puesto que pueden alertar a los tutores caninos sobre el peligro real que conllevan ciertos juegos para algunos perros. El juego no siempre tiene efectos positivos.

"Los perros son la única especie no humana que, hasta ahora, parece desarrollar conductas de tipo adictivo de manera espontánea y sin inducción artificial", dicen los autores del estudio. Claro que convendría tener en cuenta, como también reconocen los autores del estudio, que si hablamos de perros obsesos por las pelotas, pueden desarrollar esa adicción porque algún humano se la fomenta, tirándoles la pelota.

El juego es una parte natural e importante de la vida de los perros. Les permite interactuar socialmente, reforzar vínculos y expresar conductas instintivas. De hecho, recuerdan los autores del estudio, "al igual que los humanos, los perros domésticos suelen mantener conductas lúdicas durante toda su vida, participando tanto en juegos sociales como en juegos con objetos o combinaciones”.

En el caso de los perros de trabajo o perros a los que se entrena para labores concretas, el juego es esencial, es lo que refuerza esa conducta y les permite, explican los investigadores, "expresar secuencias predatorias instintivas como perseguir, atrapar, poseer y ‘desmenuzar’, consideradas intrínsecamente gratificantes para ellos en función de su especie e historia de raza”.

En esta investigación buscaba comprobar si la “motivación excesiva por los juguetes” en perros de compañía cumplía los criterios que definen las adicciones conductuales. Según destacan, "también en humanos, las primeras adicciones conductuales reconocidas oficialmente (juego de apuestas y videojuegos en línea) tienen su origen en el juego.

Y sus conclusiones así parecen mostrarlo: los perros obsesionados con los juguetes no pueden ser fácilmente distraídos de su fijación por el objeto preferido y algunos continúan jugando pese a consecuencias adversas (como cansancio extremo o incluso lesiones).

 

En paralelo, piden cautela puesto que no conviene patologizar conductas, especialmente considerando que incluso en humanos las adicciones conductuales siguen siendo difíciles de definir y medir.

Este estudio es solo un primer paso, pero muy interesante, para analizar las conductas de los perros frente al juego. Sus responsables consideran que "futuras investigaciones podrían buscar correlacionar las diferencias individuales en el comportamiento de tipo adictivo en perros con características asociadas a las adicciones en humanos, tales como la alta impulsividad, la dificultad en el aprendizaje de reversión, la perseverancia elevada y la extinción retardada de respuestas previamente recompensadas."

Y, de hecho, como le han explicado a Gizmodo, ya están llevando a cabo un estudio de seguimiento para examinar si ciertas razas, en particular algunos tipos de perros de trabajo, están más predispuestas a la adicción a los juguetes que otras.

Porque, como también comentan en su análisis, cuando la motivación por el juego es extrema, cuando se vuelve adictiva, como puede suceder en ciertos perros de trabajo, "cabe preguntarse si el bienestar de estos perros puede verse comprometido. Si los perros priorizan las interacciones con juguetes sobre otros aspectos esenciales de su vida diaria, esto puede tener efectos desadaptativos, como ocurre en humanos con adicciones conductuales."

PD En Fundación SrPerro Colega ofrecen consejos sobre cómo detectar cuando el juego de la pelota se ha convertido en un problema para un perro.

COMENTARIOS

A la nuestra no hay como quitarle una pelota de esas de cuerda 😅