Hace cinco años y a su pesar, Excalibur, el perro, se convirtió en un símbolo. Después de que el 6 de octubre 2014 la auxiliar de enfermería Teresa Romero diera positivo en las pruebas del Ébola tras atender al misionero Manuel García Viejo, que falleció tras contagiarse con el virus, su perro fuesacrificado por orden judicial a instancias de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
No escucharon a nadie: ni a la oleada de voces que en todo el mundo hicieron piña para tratar de salvar a Excalibur. Ni siquiera escucharon a los científicos que pedían que se buscara otra alternativa.
En EEUU hubo un caso muy similar que fue gestionado de forma radicalmente diferente:ese otro perro, Bentley, estuvo en observación, aislado, y una vez se comprobó que no había ningún riesgo de que estuviera infectado, pudo reunirse con su familia.
Excalibur y Bentley, dos perros separados por algo clave, la importancia que un país, una sociedad, otorga al vínculo entre humanos y perros. Ante una crisis similar en EEUU se optó por "tratar humanamente al can también protegiendo a las personas". En España la decisión fue radicalmente distinta. Gracias a eso, Bentley sobrevivió. Excalibur fue sacrificado.
Así han recordado desde PACMA a Excalibur:
Y así plasmaron Masquemascotas (Pedro y Mariví) lo que le sucedió a Excaliubur, con una tira cómica que resume el desconcierto y el dolor de un animal y de todos los que le intentaron salvar.