La tragedia que está dejando tras de sí el agua en Brasil, en Rio Grande do Sul, aumenta cada día. 127 personas muertas, más de 150 desaparecidas y dos millones de afectados. Se prevén más lluvias para los próximos días, lo que podría empeorar la situación aún más.
No existe un recuento oficial del número de animales que han muerto o están perdidos porque su hogar se lo tragó el agua pero han de ser miles.
Más de 2500 han sido rescatados y están a salvo en un refugio que se ha creado a toda velocidad para poder albergarlos en la localidad de Canoas: tiene el tamaño de un campo de fútbol y está gestionado por voluntarios.
Algunos han sido derivados a hospitales veterinarios, otros se quedan aquí, alimentados y atendidos a la espera de reunirse con sus familias, pero claramente aterrados por todo lo que ha sucedido a su alrededor.
Los reencuentros entre esos perros que han tenido la fortuna de ser salvados de la crecida del agua y sus humanos son una pequeña nota feliz en todo este drama:
Las labores de rescate son constantes y muy complicadas pero gracias a todas estas personas voluntarias, héroes anónimos, más de 3000 animales han salvado sus vidas:
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