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Los perros que tienen que comer de pie: la historia de Tink y otros canes con megaesófago

Los perros que tienen que comer de pie: la historia de Tink y otros canes con megaesófago

Última actualización del articulo el día 30/09/2018

La historia de Tink se ha hecho viral porque ver a esta belleza de can -una Labrador Retriever Plata- sentada en una sillita que parece de bebé llama mucho la atención. Pero no se trata de un juego o de una foto hecha para captar seguidores en su cuenta de instagram, Tink tiene megaesófago. Y lo bueno de que su problema haya saltado a los medios en medio mundo es que así mucha más gente será consciente que el megaesófago en perros es algo "tratable". Estos canes pueden tener una vida normal, salvo en el momento de comer.

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Los perros que tienen megaesófago -una dilatación patológica del esófago- no empujan la comida o el agua hacia el estómago porque los músculos que conectan la boca con el estómago no funcionan como deben. 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Algunos mueren, son sacrificados o son abandonados porque sus dueños no saben (o no quieren) cuidar de ellos. Si tienen suerte (como Cooper), llegan a algúna prote donde los pueden empezar a alimentar de forma que sí puedan asimilar tanto la comida como el agua...

A veces una cirugía puede solucionar o paliar el problema, pero no es lo habitual. Un reciente estudio ha demostrado cómo se puede ayudar quirírgicamente a algunos perros con megaesófago, pero sigue siendo aún algo anecdótico.

Como lo que estos perros necesitan es aprovechar la gravedad para que la comida y el agua baje hacia el estómago la forma más frecuente manejar el megaesófago es conseguir que los canes coman "de pie". Y para ello se desarrolló lo que se conoce como Silla Bailey, que es realmente parecida a las sillitas de los niños pequeños.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Aquí nos explican cómo cuidan de Tink: tiene que comer en más tomas y después, igual que si fuera un bebé, hay que lograr que eche el aire... 

Si entráis en su instagram veréis que Tink lleva una vida perfectamente feliz y normal gracias a los cuidados de su famiiia... Incluso le llevan la silla cuando salen a veces de excursión.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El megaesófago puede ser congénito -es el caso de Tink y también de este otro cachorrote llamado Scout- pero también es posible que un perro lo desarrolle siendo adulto.

En la web hay muchos tutoriales útiles que nos ayudan a saber cómo hacer una Silla Bailey casera y también a entrenar a un can para que se coloque en ella y pueda comer.

Es muy importante mantener el peso del perro en un nivel razonable y, sobre todo, evitar la neumonía por aspiración (causada por aspirar alimento o líquido desde el esófago hacia los pulmones)Si ambas cuestiones se monitorizan adecuadamente, un perro con megaesófago vivirá su vida con normalidad.

 

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