El 15 de abril marca el aniversario del hundimiento del Titanic, el barco -que había salido de Southampton el 10 de abril de 1912 con destino a Nueva York-, chocó con un iceberg el 14 de abril, poco antes de la media noche. A bordo, además de miles de personas, había 12 perros, todos ellos de pasajeros de primera clase, también gatos y pájaros.
De los doce perros, sólo tres tuvieron la suerte de salir con vida del barco y no fueron ninguno de los de la foto. Cuestión, meramente, de tamaño.
Una Pomerania, llamada Lady, sobrevivió porque su dueña, Margaret Hays, de Nueva York, la envolvió en una manta y se la llevó consigo al bote salvavidas: los que iban con ella pensaron que era un bebé.
Sun Yat-sen, el Pequinés de Henry y Myra Harper y el Pomerania de Elizabeth Rothschild fueron los otros dos supervivientes: ambos estaban con sus dueños en los camarotes, en vez de en las lujosas perreras donde viajaban los canes algo más grandes, como suele ser la norma en los cruceros, incluso hoy en día.
De hecho, cuenta la Wikipedia que Elizabeth Rothschild se negó a subir al salvavidas si no era junto a su can.
Entre los perros que se ahogaron había un Cavalier King Charles Spaniel, tres Airedale Terriers, un Fox Terrier y un Gran Danés.
La dueña de este último, Ann Elizabeth Isham, protagonizó -según cuentan, aunque no está confirmado- una historia francamente triste: ya estaba en el bote salvavidas le dijeron que su perro no podía ser evacuado del Titanic y ella se bajó, fue a buscarle. Y no logró sobrevivir.
No sabemos si es mito o realidad pero dicen que la encontraron muerta, abrazada al cuerpo de su perro...
PD: ¿Os podéis creer que en EEUU (y quizá también en el resto del mundo) muchos adolescentes solo descubrieron que el hundimiento del Titanic fue real y no sólo una película de James Cameron cuando se celebró el centenario de la tragedia? Pues sí.
