Esta serie de fotos es divertida, diferente y también útil: a través del humor, la fotógrafa Lynn Terry consigue que mucha gente vea a los Pit Bulls de otra manera, como los canes juguetones y cariñosos que son. Y a través de sus fabulosas fotos también consigue generar más interés por perros que buscan un nuevo hogar. En Tails from the Booth
Todo comenzó con Bumper y WIllis, esta (gran) pareja. Ambos rescatados y adoptados, Pit Bulls que habían sido usados como perros de pelea. Ahora viven con la misma familia aunque no fueron adoptados al mismo tiempo pero.. en un pis pas se hicieron del todo inseparables. Y desde que Lynn Terry los retrató así, son celebridades caninas porque su imagen se hizo viral y dio la vuelta al mundo.
La idea de recrear el ambiente íntimo y bobo que suele generarse cuando te sientas con alguien en un fotomatón (bueno, creo que ya no existen casi, pero... en fin, quien los conozca ¡lo entenderá!) funciona realmente bien, ¿no os parece?
Tanto si es un solo can o varios, Lynn Terry consigue series realmente especiales, un retrato múltiple de cada perro que, así, logra mostrar muchos más aspectos de su personalidad.
Imposible no sonreír. El formato lo usó la fotógrafa incontables veces para dar más visibilidad a canes que estaban en alguna protectora. Funciona, llama la atención, que es el objetivo primordial cuando se trata de conseguir que los humanos nos fijemos en algo, en este caso en alguien, un can que busca un hogar.
Como explica la fotógrafa en el Huffington Post, "Estoy convencida que debo mi carrera a la protección aninal. A través de la fotografía he logrado generar ingresos para organizaciones que realmente los necesitaban. Y al mismo tiempo he logrado producir una colección inmensa de retratos bellísimos".
El libro Tails from the Booth
