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Los perros de DogPoint no hacen magia pero le cambian la vida a niños con autismo

SrPerro // Olivia De Matteis Skell, fundadora y CEO
Los perros de DogPoint no hacen magia pero le cambian la vida a niños con autismo

Última actualización del articulo el día 30/12/2021

DogPoint es una asociación especializada en formar a perros de asistencia para niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista). Sus canes se convierten en grandes aliados para estos pequeños, dándoles más autonomía a ellos y gran tranquilidad a sus familias -las principales razones por las que solicitan un perro de asistencia, nos explican, son las conductas de de fuga y las crisis sensoriales.

Todos los perros de DogPoint pasan por un entrenamiento gradual que empieza cuando son cachorrotes y que dura entre 20 y 24 meses. Durante ese tiempo, viven con familias voluntarias -entre ellas las de asociados de Royal Canin- hasta que son emparejados con sus familias definitivas.

Es un trabajo que continúa a lo largo de tiempo: esa es una de las claves por las que estos perros "que no hacen magia, no hacen terapia" realmente logran cambiar y mejorar las vidas de tantas personas.

Os contamos con más detalle cómo es todo este fascinante proceso a través de esta entrevista con Olivia De Matteis Skell, fundadora y CEO de DogPoint.

El nombre de vuestra asociación tiene una historia muy bonita, ¿cómo surgió?

DogPoint es un proyecto de emprendimiento. He tenido la suerte de tener grandes modelos en mi familia en esto de navegar sin viento, sin certezas…. Vi a mi abuela cuidar a muchas personas con sus habilidades en la máquina de coser y me crié con un padre y una madre dedicados a su pasión, el teatro.

Cuando tenía 11 años, tomaron la difícil decisión de dejarlo todo y viajar a España con sus 4 hijos. Nunca me cansaré de dar las gracias por todo lo que ha supuesto crecer en este país. Una vez aquí, crearon ArtEspacio Plot Point, un espacio cultural, sala de teatro y escuela. El término Plot Point (Punto de Giro en castellano) viene del mundo del cine. En las películas, una vez nos presentan a los protagonistas, ocurre algo… Un reto, un cambio, un despido, un romance… Algo que cambia la vida del protagonista y le hace evolucionar. 

Cuando sentados en el salón de casa en 2015 empezamos a jugar con los posibles nombres para este proyecto de emprendimiento simplemente pensamos “Plot Point - Dog Point… Espera… ¡Suena bien!”

El proyecto ha evolucionado mucho gracias a todas las personas que han pasado por él y nuestro compromiso hoy es ser ese Dog Point, ese cambio en las familias gracias a nuestros compañeros. Acompañando, escuchando, sirviendo..

 

¿Cómo seleccionáis a los canes que serán futuros perros de asistencia?, ¿qué cualidades buscáis?

Hay perros que tenemos desde cachorros (suelen ser labradores) y otros que evaluamos con aproximadamente 1 año de vida (me encanta poder valorar perros de protectoras de esta edad siempre que puedo).

Buscamos perros sanos a los que LES ENCANTEN las personas, que sean dóciles, poco sensibles, sin miedos, no demasiado activos y sin reactividad con otros animales o personas.

Los criterios son algo exigentes pero pensemos que van a vivir con una familia, no con un profesional de la educación canina, y su familia deberá poder apoyarse en ellos en muchos momentos. Imaginemos que el peque con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene una crisis en medio de un supermercado… ¿De qué serviría un perro de asistencia que se asusta por las luces?

La mayoría de los perros con los que trabajamos son labradores que se han criado dentro de nuestro programa de Familias Educadoras porque, además de la selección genética, tenemos el gran trabajo con las familias que voluntariamente nos ayudan cuidando de los cachorros.

 

¿Cuánto tardáis en formar a un perro? Y, a grandes rasgos, ¿cómo es el proceso?

El proceso completo, desde cachorro hasta la entrega a la familia, dura entre 20 y 24 meses. Desde los 2 meses hasta el año (cuando podemos hacer pruebas de displasia), los cachorros están con familias voluntarias que los cuidan y educan. Estas familias reciben clases cada dos semanas en las que les damos todas las pautas que necesitan para que los cachorros lleguen al año siendo perros seguros y sociables.

Las familias educadoras son familias de Madrid, con disponibilidad para no dejar solo al cachorro más de dos horas y, si tienen hijos, mayores de 8 años. Pueden llevar al futuro perro de asistencia a todas partes (transporte público, visitas médicas, oficina, supermercado…)

Al año hacemos las pruebas de caderas y codos.Si el perro tuviese displasia, buscaríamos una buena adopción para él. Si no tiene displasia, se queda con su Familia Educadora 15 días más para despedirse y… ¡Empieza el entrenamiento!

Nuestros perros se entrenan en la sede de Madrid y en la delegación de Galicia. Pasan siempre por, al menos, dos instructoras. El entrenamiento se hace de forma estructurada, empezamos por cosas más sencillas, como obediencia, aprender a estar en espacios públicos… En la segunda fase es cuando introducimos la mayoría de las habilidades: anclaje de fugas, marcaje de bordillos, comerse a besos a sus niños, buscar personas… Y cuando están listos, cuando ya no son labradores loquitos y se les puede llevar a todas partes, ¡se van con sus familias a para ser grandes compañeros y dar mucho amor!

Y a nosotros llegan otros 5 labradores adolescentes de un año, super creativos y locos de remate, ¡jajaja!

 

¿A cuántos perros habéis adiestrado?

El proyecto de perros de asistencia de DogPoint nació en 2016 y en junio 2017 entregamos a Brownie a Adrián. Desde entonces hemos entregado 13 perros de asistencia.

Actualmente tenemos 30 cachorros en socialización y 12 perros de asistencia en fase de entrenamiento.

¿Habéis descartado a algún perro una vez comenzado su entrenamiento?

Sí, es bastante habitual con perros que vienen adoptados de protectoras o particulares (perros que no hemos socializado en el programa de Familias Educadoras). Pero la verdad es que cuando ocurre buscamos una buena familia y sabemos que al perro le hemos dado una gran oportunidad porque se va habiendo hecho ya muchísimo trabajo. 

Es nuestra forma de devolver a los perros una pequeña parte de todo lo que nos aportan.

¿Todos los perros tienen la misma formación o hay especializaciones concretas pensando en familias/niños concretos?

La primera parte del entrenamiento es común a todos los perros. Damos una buena base de habilidades, obediencia, comportamiento social y habituación a espacios públicos. Pasado el ecuador del entrenamiento es cuando ya vamos definiendo habilidades específicas para el niño al que van a acompañar. Y, tras la entrega, hacemos seguimientos cada 6 meses en los que damos pautas para entrenar nuevas habilidades siempre que la familia y el niño lo requieren.

 

En el día a día, ¿cómo ayudan los perros a los niños con TEA?

Los principales motivos por los que las familias nos solicitan un perro de asistencia son las conductas de fuga y las crisis sensoriales. Nuestros peques van atados al peto del perro con un cinturón de modo que bloquean las conductas de fuga tumbándose cuando notan tensión.

Además están entrenados para buscar a su niño en caso de que desaparezca. En caso de crisis le pueden dar besos en la cara, pequeños empujoncitos o tumbarse encima del niño para darle presión…Muchos de nuestros peques duermen acompañados de sus perros y la motivación que generan es aprovechada por los terapeutas para trabajar distintos objetivos.

En todo caso, el entrenamiento del perro y el apoyo de los profesionales es clave para obtener beneficios. Estamos oyendo mucho eso de “los perros son buenos para las personas con TEA” y creo que es importante decir que depende del perro, del trabajo que se haga con él… No hacen magia, no hacen terapia, no hacen que los niños hablen más… Nosotros desaconsejamos que una familia con un peque con TEA se compre (o adopte) un cachorro porque puede salir bien o ser un desastre… . Son un complemento a las muchas terapias a las que nuestros peques acuden.

¿Qué es lo que más suele sorprender a las familias de ese “efecto perro”?

¡Lo fácil que es que aprendan sus niños a ir agarrados del peto del perro! Siempre les anticipamos que va a ser lo más fácil pero no nos creen y, en cuestión de días, esta parte está trabajada. Otra cosa mucho más compleja es que los padres se relajen y disfruten del paseo: están tan acostumbrados a ir agarrando al peque y en estado de alerta que eso les cuesta.

También les sorprende lo pegajosos que pueden ser los labradores y lo rápido que se vinculan con toda la familia. Porque el perro es de todos y con todos juega.

Una vez que el can está ya formado y entregado a una de vuestras familias azules, ¿cómo es el proceso?
¿Cómo evoluciona su relación con vosotros y con el perro?

Cuando quedan unos meses para la entrega es cuando decidimos con qué familia irá ese perro. Esta decisión supone facilitar el proceso para el perro y la familia o ponerlo un poco más difícil… . Por explicarlo de forma sencilla: si tenemos una familia más tranquila, buscamos un perro más tranquilo. Si tenemos un niño más mayor, su perro deberá ser más grande. Un perro activo necesita una familia que le pueda dar ejercicio y actividad.

Una vez definimos los binomios, empezamos la formación con las familias (entre 3 semanas y 2 meses) que finaliza con el perro viviendo con ellos. Los primeros 6 meses de convivencia los llamamos acoplamiento porque es cuando el perro se adapta a su familia, la familia aprende de verdad a guiarle y el niño empieza a vincular. Durante estos meses damos apoyo continuo y los visitamos al menos una vez al mes.

Pasada la etapa de acoplamiento, hacemos un acompañamiento para toda la vida de trabajo del perro de asistencia (unos 8 años). Cada 6 meses visitamos a las familias para ver cómo están, cómo están el perro y qué nuevas necesidades pueden tener. Y, teniendo en cuenta que estamos junto a las familias durante 10 años de sus vidas, el año pasado nació el proyecto “Cuidando a la Tribu” en el que desarrollamos actividades de ocio y bienestar para nuestras familias. Algo que no tiene mucho que ver con los perros, pero que nos define y subraya nuestra misión: “cuidar de las personas para mejorar el mundo (al menos el suyo)”.

¿Los perros pueden ir al cole con los niños normalmente?

Normalmente no van al cole porque el guía del perro siempre es un adulto responsable. Los educadores de los colegios tienen muchísimo trabajo y no pueden ocuparse además de velar por el bienestar y control del perro. Muchos de nuestros perros entran al cole en días puntuales, a reuniones… También van a sesiones de terapia si los profesionales así lo requieren.

Entiendo que los perros se quedan para siempre con esa familia, ¿incluso cuando se jubilen?

¡Sí, claro! No creo que ninguna de nuestras familias nos dejase retirarlo, teniendo en cuenta que podrán cuidarlo. Actualmente nuestro perro más mayor aún tiene 6 años, pero cuando cumpla los 8 empezaremos a valorar la introducción de un segundo perro.

¿Qué obstáculos son los que se encuentran las familias con más frecuencia por el hecho de tener un perro de asistencia en un ámbito que quizá sea aún desconocido para mucha gente?

La figura del perro guía se conoce más pero aún cuesta a veces el acceso con los perros de asistencia para personas con TEA en ciertos espacios públicos. Sobre todo ocurre en lugares más pequeños,locales o restaurantes donde no conocen la legislación.

¿Qué avances os gustaría ver en la legislación española para que los perros de asistencia pudieran trabajar mejor?

¡Unificar las leyes entre autonomías! Por suerte todas van avanzando, pero sigue habiendo diferencias. Esto supone dificultades a la hora de registrar a los perros de asistencia en las comunidades autónomas de sus usuarios. Nosotros trabajamos a nivel nacional y cada comunidad nos exige requisitos diferentes. Además, esto supone dificultades para los usuarios a la hora de desplazarse por el territorio nacional.

¿Cómo medís / analizáis los beneficios de la presencia de los perros en vuestras “familias azules”?

Tenemos registros de conductas como las fugas, las crisis y el sueño antes y después de la entrega del perro. También contamos con escalas de satisfacción y estamos empezando a diseñar un proyecto de investigación que nos permitirá medir los niveles de cortisol de madres, padres y niños antes y después de la entrega del perro de asistencia.

Dogpoint entrega los perros a las familias sin cobrar por ello, ¿cómo lo lográis?

Efectivamente, creemos que la seguridad y la autonomía que aportan nuestros perros son derechos de las personas. Conocemos los costes de las terapias que las personas con TEA necesitan para desarrollarse y llegar a ser adultos autónomos y no queremos que nuestro trabajo dependa de la capacidad económica de las familias.

 

"Si eres el capitán de la flota y quieres tomar la isla, quema los barcos y sólo tendrán un lugar hacia donde avanzar". Eso hice en 2018, cuando decidí que ninguna familia volvería a pagar por mi trabajo. Ahora estamos recaudando fondos para la entrega de más de 40 perros de asistencia.

Nos movemos muchísimo y las familias nos ayudan muchísimo. ¿Qué hacemos? Contactar con grandes, pequeñas y medianas empresas, vender calendarios, organizar eventos benéficos, tenemos una tienda online...

Nuestras principales fuentes de financiación son donaciones de particulares recurrentes (personas que apadrinan un cachorro para cubrir sus costes y seguir su evolución) y compras de productos solidarios, así como el apoyo de compañías como Royal Canin.

 

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