¿Cómo de estresante es para los perros el proceso de ser entregados en una protectora -es decir, abandonados por su familia? ¿Cómo es el vínculo con sus nuevas personas, una vez que son adoptados?
Es lo que ha querido analizar un muy interesante estudio de la Universidad de Linköping en Suecia: Comportamiento, estrés a largo plazo y relación con el dueño en perros abandonados.
Los mismos investigadores ya mostraron hace tiempo que las personas estresadas contagian a sus canes, que sus niveles de estrés a largo plazo se contagian.
Y dado que el abandono es un grave problema -especialmente en España- los resultados que han compartido son alentadores porque muestran que los perros abandonados que después encuentran familia se adaptan a la situación, no solo exhiben los niveles más bajos de estrés a largo plazo sino que sus tutores tienen un vínculo emocional percibido más fuerte.
Se puede argumentar que este estudio es limitado pero, aún así, los resultados son relevantes. En la investigación han analizado los datos de 20 perros abandonados que estaban en una protectora en Suecia, 30 perros que fueron adoptados y 33 perros "de control", canes que estaban con su familia desde cachorros, tras haber sido comprados a un criador.
Todos los participantes realizaron una tarea problemática sin solución, una prueba de contacto visual y una prueba de memoria. Tras cada prueba se obtuvieron muestras de cabello para analizar las concentraciones de cortisol.
Además, los tutores de los perros (de perros adoptados y los de control) completaron un cuestionario para evaluar su relación percibida. Estas parejas tutor-perro también participaron en una prueba de sincronización de comportamiento.
El resultado indicó que los perros en la protectora tuvieron la duración más corta del contacto visual tanto en una prueba de contacto visual como en una tarea problemática sin solución, pero no hubo diferencias entre los tres grupos en la prueba de memoria a corto plazo o en las conductas relacionadas con el estrés.
El análisis de las concentraciones de cortisol en el pelo de los perros reveló que los perros que estaban en la protectora tenían niveles de estrés a largo plazo más altos que los perros adoptados, pero no diferían significativamente de los perros de control.
Se sabe que, lógicamente, el procedimiento de reubicación es un período estresante para el perro pero estudios previos han demostrado que con el tiempo los niveles de cortisol parecen disminuir, lo que sugiere que los perros se adaptan al nuevo entorno, también en las protectoras. En este estudio el tiempo de estancia en la protectora de los perros variaba mucho, desde un día a un año, lo que podría explicar por qué no diferían de los perros de control, porque ya se habían adaptado.
Aún así, recalcan los autores, los perros adoptados mostraron un nivel de estrés a largo plazo más bajo que los perros en la protectora, lo que sugiere que se han adaptado bien a su nueva vida.
Tanto los perros adoptados como los de control sincronizaron su comportamiento con el de sus tutores, pero, curiosamente, dicen los responsables del estudio, los tutores de perros adoptados reportaron una mayor cercanía emocional con sus perros que los de perros de control.
Además, los perros adoptados durante la prueba en la que tenían que intentar resolver un problema sin solución miraban más hacia su tutor y estaban más cerca de su persona que del extraño, lo que no fue el caso de los perros de control.
El comportamiento de búsqueda de contacto del perro adoptado hacia su humano también podría contribuir al vínculo emocional percibido por la persona.
Es decir, a pesar de los efectos a corto plazo observados durante el procedimiento de adopción, este estudio sugiere que los perros adoptados pueden adaptarse a su nueva vida y desarrollar una relación sólida con su dueño.
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