La diarrea canina es un problema extremadamente común: su frecuencia y, en muchos casos, su gravedad, la convierten en una de las causas más frecuentes de visita al veterinario.
Por eso son particularmente interesantes los resultados del estudio del programa VetCompass del Royal Veterinary College (RVC) donde han analizado registros veterinarios anónimos de más de dos millones de perros atendidos en clínicas veterinarias de atención primaria en el Reino Unido durante 2019.
El resultado de este análisis ofrece claves pertinentes sobre las causas más comunes así como las razas que suelen sufrir diarrea con más frecuencia y los tratamientos. Lo que el estudio no ha tenido en cuenta, como destacan sus autores, son factores también relevantes como la dieta o el nivel de ejercicio de los perros.
Los datos de este estudio revelan que 1 de cada 12 perros (8,18 %) sufre, al menos una vez al año, un episodio de diarrea aguda que requiere atención veterinaria.
Según los investigadores, las causas más comunes de diarrea aguda fueron: comer cosas del suelo, la gastroenteritis, otras enfermedades digestivas, reacciones adversas a determinados medicamentos y los cambios bruscos en la dieta.
Estos hallazgos subrayan quese puede reducir el riesgo de diarrea evitando cambios repentinos o introducciones de alimentos nuevos en la alimentación del perro.
Otro dato importante es que entre las más de 1.000 razas registradas en el Reino Unido,las más propensas a padecer diarrea aguda fueron el Cavapoo (cruce de Cavalier King Charles Spaniel y Caniche miniatura), el Bichón Maltés, el Caniche Miniatura, el Pastor Alemán, el Bulldog Americano y el Rottweiler.
Entre las razas que, por el contrario, sufren menos diarreas están los Chihuahuas y los Jack Russells.
Pinchando sobre la tabla podréis consultar todos los datos del estudio del Royal Veterinary College:
En cuanto a los tratamientos, el estudio reveló quecasi 4 de cada 10 casos (40 %) recibieron tratamiento con antibióticos, a pesar de que investigaciones recientes han demostrado que no aportan beneficios clínicos en la recuperación de la diarrea aguda.
De hecho, el uso innecesario de antibióticos puede provocar trastornos digestivos en los perros y aumentar el riesgo de futuras infecciones resistentes, tanto en perros como en personas.
Esto refuerza la necesidad de concienciar sobre cuándo es o no adecuado recurrir a los antibióticos. Como alternativa, se puede optar inicialmente por una dieta blanda, con o sin probióticos, y se recomienda acudir al veterinario si hay alguna preocupación.
El riesgo de diarrea aguda fue mayor en perros jóvenes (menos de 3 años) y en perros mayores (más de 9 años), en comparación con los de edad intermedia.
Además de la diarrea, los síntomas más comunes fueron vómitos, pérdida de apetito y/o letargo.
En casi un tercio de los casos (29 %), la diarrea contenía sangre. Estos casos con sangre tenían más probabilidades de recibir antibióticos (59 %) que los casos sin sangre (30 %).
Las razas braquicéfalas (de cráneo corto) presentaron menor riesgo de diarrea aguda, mientras que las razas de cráneo largo mostraron un riesgo mayor frente a las de cráneo normal.
La mayoría de los casos de diarrea aguda se resolvieron en un plazo de dos días tras el tratamiento veterinario. Menos del 20 % de los casos necesitaron una segunda consulta, lo que indica que, con el tratamiento adecuado, la mayoría de los perros se recuperan satisfactoriamente.
En el estudio, lógicamente, no ofrecen consejos sobre cómo actuar si nuestro perro tiene diarrea. Os recordamos aquí lo que nos recomendó la nutricionista Yaara Nieto:
Cuando nuestro perro tiene un episodio de mala digestión, es preferible prescindir del pienso hasta que recuperemos la normalidad. Aunque es frecuente escuchar que lo mejor es pollo con arroz, esta teoría ya está bastante desmentida.
Cuando la diarrea es aguda, lo mejor es preparar lo que se conoce como Sopa de Moro. Sólo necesitarás agua, zanahorias y una pizca de sal: Corta 500 gramos de zanahorias y ponlas a hervir en un litro de agua; el fuego debe ser lo más suave posible manteniendo el hervor. Debemos mantenerlo al menos 1 hora, añadiendo agua fría poco a poco para compensar la evaporación y mantener el litro de sopa. Bátelo todo sin escurrir el agua y añade la pizca de sal (mejor sin refinar).
Ofrécele a tu perro tomas pequeñas y frecuentes de la sopa de moro hasta que desaparezca la diarrea. Si pasadas 48 horas persiste el problema, consulta con tu veterinario.
Recuerda reintroducir el alimento habitual de forma progresiva, por ejemplo dividiendo la cantidad diaria en más tomas.
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