Myko es un jovenzuelo lleno de energía y con cierta afición al ladrido constante que se ha hecho famoso -probablemente a su pesar-por el método que sus humanos han descubierto logra hacer que deje de ladrar cuando está en casa: porque a Myko le da por ladrar a gente que pasa, a su propio reflejo o a cosas que le asustan: los fuegos artificiales, los ventiladores de techo, algunas personas...
Además de probar otros métodos, darle chuches y tratar de fomentar la calma, inspirándose en las camisetas que a través de la presión logran aportar calma a los perros en momentos estresantes, como las Thundershirt que encontráis en Tiendanimal, la familia de Myko decidió probar a colocarle parte de un disfraz de Halloween que tenían en casa, las orejas de Igor, el burrito peluche de Winnie the Pooh.
A ellos les funciona, dicen: se las ponen un ratito y Myko se calma poco a poco.
Las han llamado, por eso mismo, sus "quiet ears", las orejas del silencio...
Una idea bastante peregrina que en el caso de Myko parece que sí sirve para tranquilizarle pero, lógicamente, no es un método necesariamente recomendable para otros canes. Entre otras razones, hay muchos perros a los que les estresaría aún más el llevar algo así en la cabeza...
Si un perro ladra en exceso lo ideal es intentar entender porqué lo hace para así plantear la solución: el ladrido es, al fin y al cabo, comunicación, es su forma de expresarse, y si ladran es por algo. A veces incluso es algo que, sin querer, nosotros reforzamos: si tu can ladra para salir a pasear, por ejemplo, o para llamar tu atención y se la das... pues estás reforzando que vuelva a hacerlo, claro.
Hay muchos métodos posibles para encauzar los ladridos caninos, aunque no es algo fácil (porque los hay que charlan mucho, pero mucho).
Pero, en cualquier caso, el zampable Myko y sus trastadas cotidianas, con y sin sus "quiet ears", han triunfado en instagram y en TikTok, además de en The Dodo.
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