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Las experiencias traumáticas en cachorros afectan a su comportamiento de adultos, pero no a todas las razas por igual

Las experiencias traumáticas en cachorros afectan a su comportamiento de adultos, pero no a todas las razas por igual

Última actualización del articulo el día 03/10/2025

Recopilando datos de casi 4500 perros de 211 razas, investigadores de Canine Brains han llevado a cabo el estudio más amplio hasta la fecha sobre cómo las experiencias estresantes en los primeros meses de vida de un perrete pueden afectar a su comportamiento de adulto.

Han constatado lo que ya se sabe, que las experiencias traumáticas aumentan el riesgo de que un perro tenga más miedos o comportamientos agresivos en la edad adulta. Pero, además, han descubierto algo muy interesante: que ese efecto no es homogéneo en todas las razas. Es como si en algunos casos hubiera una cierta resiliencia genética.

El estudio confirma que existe un periodo crítico de riesgo en los primeros seis meses de vida: "como era de esperar", aclaran los investigadores, "los traumas en la primera infancia aumentan el riesgo tanto de miedo como de agresividad. Las experiencias traumáticas durante los primeros 6 meses de vida fueron las más impactantes. Este período se conoce como sensible en el desarrollo. Otros mamíferos también lo experimentan, incluidos los humanos."

Los perros que experimentaron adversidades antes de los seis meses mostraron niveles significativamente más altos de miedo y agresión en la edad adulta que aquellos sin estas experiencias. 

La adversidad después de los seis meses también tuvo impacto, pero mucho menor. Otro aspecto importante revelado por el estudio es que cuantas más experiencias adversas acumulaba un perro, mayor era la probabilidad de mostrar conductas de miedo y agresión.

Pero también han descubierto algo muy interesante: el impacto del estrés en la primera infancia no se distribuye uniformemente entre las razas. Algunas razas son especialmente sensibles. Otras parecen estar protegidas. Este estudio sugiere que podría haber un tipo de resiliencia genética frente a la adversidad.

Como podéis ver en los dos gráficos, algunas razas parecen más propensas a mostrar miedo, otras agresividad. Entre las más sensibles, elAmerican Eskimo Dog, el American Leopard Hound y el Husky Siberiano. El Golden Retriever es propenso a mostrar miedo cuando ha pasado por vivencias negativas en esa etapa temprana pero no agresividad al igual que el Airedale Terrier. Por el contrario, el Labrador Retriever se mantiene muy estable tanto en miedo como en agresividad.

Los investigadores destacan la necesidad de fomentar estrategias de prevención, como:

 - minimizar el impacto de separaciones tempranas o entornos estresantes,

- promover prácticas de cría y adopción que prioricen la socialización y el bienestar,

- programas de intervención para perros que ya han sufrido adversidades (rehabilitación, entrenamiento positivo, medicación cuando sea necesario).

Importante también no olvidar lo que los investigadores, de la Universidad de Harvard y Pensilvania, entre otras, recalcan:

"Si bien nuestro estudio reveló que tanto el pasado como la raza de un perro influyen en su perfil de comportamiento actual, es importante recordar que cada perro es único. Que un perro tenga ciertos antecedentes o provenga de una raza específica no significa que esté destinado a comportarse de cierta manera. Muchos factores influyen en la identidad de cada perro, y la raza y el historial de vida son solo dos piezas del rompecabezas."

Podéis consultar el estudio completo aquí.

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