Qué mal, qué rematadamente mal se pasa cuando llega el momento de despedirse de un perro. Es un duelo muy personal y duro pero inevitable. Pero no hay que olvidar tampoco que ese duelo también es sinónimo de un profundo amor, como nos explicaba la psicóloga Vanessa Carral:
"Parece que el amor distinguiera si perdemos a un padre o a una madre que si perdiéramos a un animal de familia. Y realmente, biológicamente hablando, bioquímicamente hablando, nuestro cerebro cuando ama no distingue si el ser amado es un ser humano o un animal."
El homenaje de Jimmy Fallon, archiconocido presentador de TV en EEUU, a su Golden Retriever es precioso.
"El suyo era el último nombre que siempre escribíamos en todas las tarjetas de felicitación.
Fue nuestra primera bebé, una terapeuta, una almohada, una hermana mayor, una maestra, una comediante, una fiestera y una rebelde.
Definitivamente no era una perra guardiana; habría dejado entrar a los ladrones y les habría enseñado dónde guardábamos el beicon y las lonchas de queso americano.
Siempre sonriendo, incluso cuando dormía. Le encantaba que la acariciaran y se apoyaba en ti si le caías bien, aunque decir “si” es generoso; lo hacía prácticamente con todo el mundo. Saltaba a la piscina justo después de que la bañaran y la secaran (¡noooooo!), luego nadaba sus largos (espalda… es broma, estilo perrito), y después se tumbaba boca arriba en la hierba dando patadas de conejo con la lengua fuera. Eso era sinónimo de verano para mí. Trece años y medio tuvimos la suerte de tenerte.
Franny, Winnie, mamá y yo te extrañamos. La casa te extraña.
La casa está tan silenciosa. El silencio es tan fuerte. Pero ese silencio poco a poco se va llenando de historias sobre ti y de risas entre los sollozos. Gracias por todo. ¡Caramba, cómo te echamos de menos! Buenas noches, Gary."
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