En 2006 a Gordon Sanderson le amputaron una pierna y cuatro años después tuvieron que amputarle la otra. La diabetes ha causado estragos en la vida de este hombre de 60 años, un proceso muy duro que le dejó sumido en una depresión. Sólo logró salir adelante gracias a sus canes, Poppy y Harvey, dos dálmatas.
Por eso mismo cuando recientemente le llegó el momento de renovar sus prótesis decidió rendir homenaje a sus perros. Y este es el resultado: ahora cuando va de paseo con ellos son un verdadero equipo. Y cuando no está con sus perros los lleva siempre consigo.
Evidentemente llama la atención,a los niños les encanta y le echan piropos:-) Seguro que ha logrado charlar con mucha gente gracias a sus nuevas piernas y sus guapos canes.
Es curioso, realmente, que en inglés "black dog", perro negro, sea sinónimo de depresión porque en incontables ocasiones son los perros, justamente, los que logran que sus humanos dejen atrás la enfermedad y vuelvan a afrontar la vida con ánimo.
Bien lo saben veteranos de guerra como Randy Dexter: los perros de asistencia para los que sufren PTSD, Síndrome de Estrés Postraumático, pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.