
Un estudio del Dog Cognition Centre de la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra, y la unidad DogStudies de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, en Alemania, muestra por primera vez que ciertos rasgos cognitivos -en particular la curiosidad- podrían ser la clave en la excepcional capacidad de ciertos perros para reconocer muchos objetos por su nombre.
Aunque esta investigación es limitada -puesto que solo han participado 11 perretes- podría ser el primer paso hacia el desarrollo de una especie de “test para cachorros”, piensan sus responsables: permitiría tener algo más de información sobre el potencial de ciertos canes para convertirse, por ejemplo, en perros de asistencia.
Pero, en cualquier caso, la curiosidad es realmente importante a muchos otros niveles. Como hace tiempo nos explicó Alberto Piña, educador de Fundación Benjamín Mehnert, encargado de rehabilitar a Galgos muchas veces rescatados con todo tipo de traumas, "la curiosidad es el veneno del miedo, no la valentía, la valentía es un concepto humano: cuando un perro empieza a mostrar curiosidad, ya sabes que vas por el buen camino,".
Flynn, un Border Collie del Reino Unido, es uno de los perros que participaron en el estudio (la foto es de Deborah Lightfoot).
Los científicos denominan "Label-learner dogs" a perros capaces de reconocer cientos de objetos por sus nombres, sin ninguna pista adicional. Según explica una de las responsables del estudio, la Dra. Juliane Kaminski, se trata de un talento extremadamente raro y parece ser una habilidad natural inherente al perrete.
Para este estudio, la Dra. Kaminski y la Dra. Juliane Bräuer buscaron perros que, según sus familias, fueran "label-learners" (perros que aprenden nombres de objetos, por así decirlo): 86 familias se presentaron, 34 perros fueron preseleccionados pero finalmente solo 11 fueron seleccionados para completaron el estudio, procedentes de diversos países (Reino Unido, EEUU, Suiza, Países Bajos y Alemania).
Dado que los perros vivían muy lejos entre sí, el estudio se llevó a cabo como un proyecto de ciencia ciudadana, en el que la persona que realizaba el estudio era, de hecho, la familia del perro. Las familias de los cinco países recibieron instrucciones detalladas sobre cómo administrar una serie de ocho pruebas cognitivas a sus perros, que evaluaban aspectos como el aprendizaje, el interés por los objetos y las habilidades comunicativas.
Todas las pruebas fueron grabadas por las familias, lo que permitió al equipo de investigación comprobar que se realizaban correctamente y analizar todos los comportamientos y elecciones de cada perro.
Los perros seleccionados -entre ellos border collies, mestizos, un perro de aguas español y un carlino- participaron en ocho tareas cognitivas diferentes para intentar identificar por qué estos perros destacan en su capacidad de aprender cientos de nombres de objetos.
Se evaluaron la curiosidad, la resolución de problemas, el aprendizaje, la memoria y la comunicación con los humanos de cada perro. Y, en paralelo, como grupo de control, las mismas pruebas se realizaron con un grupo equivalente de perros sin habilidades de aprendizaje avanzadas.
Los resultados del estudio mostraron que los perros que aprenden nombres de objetos tenían tres rasgos distintivos que los diferenciaban:
Curiosidad: un interés elevado por objetos nuevos.
Concentración: interés específico por ciertos objetos.
Inhibición: capacidad para controlar sus reacciones hacia determinados objetos.
Otros datos relevantes: los perros control buscaban más la ayuda de las personas en alguna de las pruebas, algo que quizá se pueda interpretar como que los "label-learner dogs" son más independientes. Y un dato que contrasta con la idea de que los perros “genio” tienen mejor memoria en general:en el test de memoria (30 min, 2 h, 24 h) fueron los perros control quienes rindieron mejor.
Y resulta que los perretes en este estudio mostraron una preferencia clara por los objetos de goma, no solo más interés por objetos nuevos en general :-)
La Dra. Kaminski explica que seguirán con la investigación para analizar si estos rasgos forman parte de la disposición natural de algunos perros desde que son cachorros, o si se desarrollan con el tiempo y pueden verse influidos por el adiestramiento.
Ella lleva estudiando la cognición canina desde hace más de 20 años, en los últimos diez en el Dog Cognition Centre de la Universidad de Portsmouth, la primera instalación del Reino Unido dedicada exclusivamente a estudiar la capacidad de los perros para comprender a los humanos y el mundo que les rodea.
La investigación realizada en el centro es estrictamente observacional, sin métodos invasivos de ningún tipo. A los perros siempre se les recompensa con comida o juego tras completar las tareas y los juegos.
Su equipo trambién estrá tras el interesantísimo descubrimiento de que los perros han desarrollado nuevos músculos alrededor de los ojos para comunicarse mejor con los humanos. Y también ha cartografiado los movimientos faciales de los perros, denominando la acción responsable del levantamiento de la parte interna de las cejas como Unidad de Acción (AU) 101.
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