La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) ha compartido una nueva directriz oficial en la que expresa su oposición y condena a las alteraciones físicas del cuerpo de un animal por razones cosméticas o de control del comportamiento.
En su mensaje también pide a los equipos veterinarios que eduquen a sus clientes sobre el daño que estos procedimientos pueden causar y asesorarlos sobre cómo mejorar el bienestar y las condiciones de vida de sus animales.
Lo que es casi más sorprendente es constatar que para la WSAVA las 'mutilaciones cosméticas' son un problema creciente en muchas partes del mundo, incluso en países donde ya son ilegales.
En España también está prohibido aunque no desde hace tanto tiempo. El 16 de marzo 2017 España ratificó, en su totalidad, es decir sin excepciones, el Convenio europeo de protección de animales de compañía donde se prohiben las mutilaciones por razones estéticas. Y dicho convenio entró en vigor en España en febrero de 2018.
Se trataba de un convenio que se aprobó en Estrasburgo en 1987 que establecía los principios básicos para asegurar la protección de los animales de compañía y las obligaciones, tanto de las administraciones como de los particulares.
Y, como véis, España tardó la friolera de 30 años en ratificarlo.
En su declaración, la WSAVA expresa su preocupación por la prioridad de las cirugías de conveniencia y las alteraciones cosméticas sobre la creación de buenos estados de comportamiento, físicos y emocionales para los animales en cuestión.
Esto demuestra, dicen los veterinarios, una falta de reconocimiento del valor intrínseco de los animales como seres sintientes y envía el mensaje de que son mercancías que pueden modificarse y explotarse de acuerdo con las preferencias humanas.
"Las cirugías estéticas o de conveniencia, como el corte de orejas, corte de cola, cirugías para sacar las uñas o para que los perros no ladren, generalmente se realizan por razones estéticas, para seguir ciertos estándares de raza o para la conveniencia del propietario", explican en las Pautas de Bienestar Animal compartidas por la WSAVA.
En ocasiones, ciertas cirugías, como el corte de cola, son procedimientos necesarios para tratar afecciones médicas.
Sin embargo, el riesgo para los animales incluirá dolor agudo y crónico, infección y malestar por el procedimiento quirúrgico, además de limitar su capacidad para realizar comportamientos naturales que pueden dar lugar a problemas como conductas de frustración o agresión.
En cuanto a los perros, en concreto, en la declaración de posición de WSAVA, recalcan:
Los perros utilizan el lenguaje corporal como forma principal de comunicación con otros perros y también con las personas. La comunicación social en los perros se basa en la observación adecuada de las señales de la cola y las orejas, por lo que tanto cortar las orejas como cortar la cola pueden afectar la comunicación social en los perros. El corte de cola y de orejas reduce en gran medida la capacidad de un perro para comunicar cómo se siente y puede enviar mensajes inapropiados que causan estrés, ansiedad y tensión entre perros.
Otros argumentos de los veterinarios son igual de importantes:
Muchos de los comportamientos no deseados que conducen a estas cirugías, como los ladridos excesivos, en realidad indican que existe un problema de bienestar, y evitar que un animal comunique su angustia puede empeorar la situación de bienestar.
(...) Muchas conductas problemáticas pueden resolverse con entrenamiento o utilizando otras ayudas humanas, y mediante la educación de los propietarios para garantizar que tengan expectativas razonables de la conducta de sus animales.
(...) Desde la perspectiva de los derechos de los animales, estas cirugías de conveniencia invaden la integridad corporal de los animales y, por lo tanto, no son éticamente aceptables.
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