Los aullidos de una perra, de Jessie, conmovieron a miles de personas en todo el mundo: ella parecía llamar así a su familia, a su humano, que no volvería: murió el 28 de agosto por un ataque ruso contra un edificio residencial en Kiev.
Como explicó el presidente Zelensky entonces, al menos 22 personas -todos civiles, varios niños- murieron en ese devastador ataque de Moscú.
Entre los escombros, Jessie no hacía más que buscar a su familia, no quería irse de la zona porque solo esperaba su regreso.
Finalmente, los rescatistas del Servicio Estatal de Emergencias se la llevaron y la acogieron en sus oficinas para que estuviera a salvo, dándole comida, techo y cuidados. En su centro, fuera de la ciudad, podría estar libre y a salvo, una vez que pasara una revisión veterinaria para comprobar que estaba bien.
Pero finalmente hay un destino mucho más feliz para esta perra porque Jessie ha podido volver con una familia, con personas que ya la conocían y querían.
Una enorme suerte en un entorno tan desolador, el de un país en guerra.
El hijo y la nieta de su humano fallecido se han hecho cargo de la perra.
"¡Jessie vuelve a tener un hogar!🙏
Un hogar donde la quieren, donde vivió su humano, al que fue leal hasta el último momento.
La vida continúa.
La historia de Jessie habla de dolor, pero también de esperanza, amor y del vínculo indestructible que da fe en la luz."
No hay más que ver su cara para saber que está con quien debe estar.
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