Disfrazar a los perros no suele ser buena idea pero si además le añadimos gritos, música altísima, bullicio de personas, cientos de otros perretes con disfraces improbablemente voluminosos... la pesadilla está servida.
Y es lo que sucede año tras año en Nueva York, en el desfile de disfraces de canes por Halloween, por mucho que lo publiciten como si fuera la mejor cita del mundo para personas con perro.
Es cada vez más importante, incluso urgente, pensar en perro, no en humano, con respecto a nuestra relación con nuestros compañeros de vida de cuatro patas. Ellos no tienen porqué disfrutar de todas las actividades que a las personas les resultan divertidas...
Como explicaba recientemente Dani Jimenez, educador canino de Fundación SrPerro Colega, en el podcast de Nanísimo sobre la humanización de los perros:
"Parece que hemos pasado de considerar a los perros como herramientas a tratarlos como complementos. Ese no es su lugar, no es lo que merecen: este tipo de humanización perjudica a su bienestar."
El desfile anual y el concurso de Halloween que se organiza en Tompkins Square empezó siendo algo familiar y seguramente simpático pero se ha convertido en un evento masivo, un espectáculo pensado para las personas.
Esto no es un evento dog friendly ni una cita creada para el disfrute de los perretes, es todo lo contrario. Da bastante angustia ver cómo llevan a algunos de estos pobres perros (incluso gatos): ¿con alas que se mueven y bozal?
Y sí, este año han aprovechado el desfile para fomentar la adopción pero estresar a perros que viven en una protectora sacándolos a este desfile no es, probablemente, la mejor idea tampoco.
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