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En SrPerro tenemos narcisismo elevado: resulta que querer a los canes es un trastorno y una epidemia

En SrPerro tenemos narcisismo elevado: resulta que querer a los canes es un trastorno y una epidemia

Última actualización del articulo el día 22/08/2019

Si no teníamos bastante con Javier Marías y sus sandeces sobre la "perrolatría", ahora llega Arcadi Espada y perpetra una columna de opinión en la que nos explica que él desconoce "las razones psiquiátricas que explican la creciente afición por las mascotas -que en España, gran país, es algo menos febril que en Francia, Gran Bretaña o Alemania-, aunque todas ellas están vinculadas con el narcisismo." Sip, ahora resulta que la afinidad con un can se debe a que sufrimos una "Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras", como la RAE define al narcisismo.


"¿Por qué ayudas a los perros pudiendo ayudar a las personas? Porque al ayudar a los perros, ayudo a las personas"

La cuestión es polarizar y a ser posible polemizar, algo tan frecuente en nuestra era de fake news y personajes histriónicos felices de ignorar la realidad y apostar por las emociones fáciles.

La columna de Arcadi Espada busca dividir el mundo entre los que disfrutan junto a los perros y los que preferirían no cruzarse nunca con lo que para ellos es un sucio e imbécil chucho, un animal que lo único que sabe hacer es ensuciar.

Porque Espada habla así de los perros "Uno esperaría ver allí un perro defecando, orinando, escarbando, trotando estúpidamente en busca de una pelota solo un poco más estúpida". Y las zonas donde hay canes son "vertederos a cielo abierto".

Suma y sigue con las tonterías hasta llegar al final de su columna donde nos informa a todos que la única explicación posible para esa enfermedad que nos lleva a querer a un perro es que somos unos narcisistas. Él se declara aperreado y espera que la epidemia sea tratada. 

Arcadi Espada, como Javier Marías, no ha debido de tener la suerte de ser querido por un perro; ambos se lo pierden.

Su mundo es más frío, más triste y menos generoso por ello. El nuestro, el de los que sufrimos ese problema llamado amor perruno, es todo lo contrario.

Y quizá deberían, tanto Espada como Marías, informarse un poco mejor sobre el "efecto perro" en España y en todo el mundo. Ni siquiera hace falta que sean canes entrenados (y eso que los perros de asistencia o de terapia, los perros de alerta médica o de búsqueda y rescate, mejoran la vida a miles, millones de personas) cada día, basta con que un perro regale su compañía y su presencia a una persona que lo necesita, desde niños a mayores que están solos, basta con que un perro haga sonreír a alguien que está enfermo o al que otros humanos rechazan, para entender que la presencia de los canes a nuestra vera es un regalo.

PD Dado que el mito que da nombre a este trastorno recuerda la historia de Narciso, que se ahogó al intentar besar su propia imagen reflejada en el agua, en la foto os dejamos un selfie muy narcisista de Tía y su humana reflejadas en el idem.

 

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