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El perro que nadie quería pasó a ser el perro con suerte, gracias a George Clooney

El perro que nadie quería pasó a ser el perro con suerte, gracias a George Clooney

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

Hay muchas razones para ser fan de George Clooney y perrunamente hablando cada vez más. Si hace poco sabíamos que el el actor y Amal habían adoptado a una perra, a Millie, ahora Clooney -que ya comparte su vida con otros dos canes más- ha vuelto a hacerlo: gracias a que el actor se fijó en él, Nate, un can que estaba teniendo serios problemas para encontrar un hogar, ha podido dejar atrás la protectora y ya está en casa, con los padres de George Clooney.

Nate llegó a la LuvFurMutts cuando rescataron a más de 20 canes que vivían con una persona con síndrome de Noé. El can tenía varios problemas de nacimiento (arrastra levemente una pata y anda de forma peculiar) y, además, estaba en los huesos...

Su aspecto creaba, por alguna razón, rechazo: sus compañeros eran adoptados y a él nadie le quería. En LuvFurMutts cuentan que el peor momento fue cuando una posible adoptante se echó a llorar al verle y dijo que no podía llevárselo porque le deprimía mirarle. 

Grabaron este vídeo y lo compartieron. Nate llevaba nueve meses con ellos y parecía que ahí seguiría...

Pero resulta que alguien sí se había fijado y se había enamorado de Nate, ¡George Clooney!

Sabiendo que habían perdido a su perro recientemente, el actor envió el vídeo de Nate a sus padres. Les costó poco caer rendidos ante sus encantos.

Entonces, el actor organizó la sorpresa, con la ayuda de su asistente, según cuentan en el facebook de LuvFurMutts. George y Amal Clooney se ocuparon de gestionar la adopción para que desde la protectora pudieran llevar el perro a casa de sus padres en Navidad. Y, además, hicieron una donación para ayudar a los demás canes que aún esperan encontrar un hogar.

Lo dicho, muy fan :-) 

Cuando una celebridad como George Clooney hace algo el mundo se fija: de ahí la gran importancia de este gesto. Optar por la adopción, apostar por un can que quizá no ganaría un concurso de belleza pero que es, seguro, el más adorable y adorado para su nueva familia.