Ha vuelto a suceder, otra perra se ha asfixiado en un accidente doméstico que es menos raro de lo que parece. En un descuido de su familia, Lexie cogió una bolsa de patatas fritas abierta que estaba sobre una encimera y metió la cabeza dentro para comer los restos. Para cuando se dieron cuenta ya era demasiado tarde, había muerto.
Para Deborah Lewis, la humana de Lexie, ha sido una experiencia traumática pero ella ha elegido correr la voz para alertar a otras familias porque, como auxiliar técnico veterinario, sabe que este horrible accidente le puede pasar a más personas si no son conscientes del peligro.
En menos de cinco minutos un perro puede asfixiarse:una bolsa de plástico se convierte en una trampa mortal que se pega a su boca, el can no puede sacar la cabeza y acaba perdiendo el conocimiento por falta de oxígeno.
Lexie, de casi 12 años, era su perra del alma y ella está destrozada pero desde que sucedió la tragedia no pierde oportunidad de concienciar para intentar que no le pase a nadie más.
Deborah no estaba en casa cuando sucedió, Lexie estaba a cargo de su familia, pero el accidente mortal podría haber sucedido aunque ella hubiera estado allí:
Hay una web en la que comparten consejos e información sobre este peligro cotidiano: calculan que en EEUU hasta 3 perros pueden morir por esta razón a la semana.
Sobre todo aquellos que tengan perros basurillas, de esos que se meten en las papelera o que abren armarios en busca de comida, es importante tener en cuenta los consejos básicos que ofrecen: cortar por la mitad todas las bolsas de plástico vacías, tanto las de patatas como las de chuches, antes de tirarlas y no dejar ninguna bolsa de comida abierta en un lugar accesible.
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