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El efecto perro con Yaracan: "Las sonrisas, las muestras de amor, los abrazos cargados de afecto, las miradas, las risas...."

Begoña Morenza Puerta, socia fundadora de Yaracan
El efecto perro con Yaracan:

Última actualización del articulo el día 22/12/2021

Ayudar a los humanos a través del vínculo terapéutico que ofrecen los perros:desde hace ahora 21 años, los profesionales de Yacaran y sus perros de intervención se han ocupado de motivar, estimular y emocionar a cientos, a cientos de personas de todas las edades.

La felicidad que perciben en sus intervenciones es un regalo. Pero, como nos explican desde Yacaran, es importante recalcar que los beneficios de estas terapias peludas son visibles -y medibles- tanto a corto como a largo plazo.

El equipo de Yacaran nos ha hablado de sus perretes, de cómo los forman y cómo contribuyen a mejorar la vida de tantas personas a través de diferentes programas que son posibles gracias al apoyo de diversas empresas, como Royal Canin.

¿Cuándo nació vuestra asociación y cuántos canes forman parte de ella ahora mismo? Y, ¿por cuántas personas está formada?

Yacaran, nació en diciembre del año 2010. Actualmente el equipo está formado por 25 perros de intervención y 10 profesionales.

¿Cuánto tardáis en formar a vuestros perros y cómo es el proceso normalmente? ¿Es similar para todos los perros o hay alguna especialización concreta según su área de trabajo posterior?

Tardamos entre año y medio y dos años. El proceso comienza, en muchos casos, desde antes de que nazcan los cachorros, ya que buscamos unas características muy concretas de los progenitores en cuanto a temperamento, la no existencia de enfermedades congénitas, la estructura y la salud de los perros...

Respecto a los cachorros, hasta los dos meses y medio se hace con ellos estimulación temprana y están con la madre y los hermanos. Después, comenzamos con la fase de educación y las normas básicas de convivencia; a partir de los 7-8 meses comenzamos un proceso de preparación específica como perro de intervención.

La preparación es similar en todos los perros, buscamos que sean versátiles y capaces de poder intervenir en cualquier entorno, que lo disfruten siempre y se sientan a gusto, confiados y seguros en cualquier situación.

¿Con qué colectivos trabajáis con más frecuencia y en qué tipo de entornos?

Trabajamos en entornos terapéuticos, sociales, educativos y hospitalarios. Con niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores.

Desde residencias a hospitales, escuelas, con niños con discapacidad, personas con Alzheimer, personas en riesgo de exclusión social, pacientes de salud mental, mujeres víctimas de violencia de género y un largo etc…

¿Todos pueden / podemos beneficiarnos de la terapia asistida con perros?

Sí, por supuesto. La intervención con perros en distintos entornos ayuda a todos: desde un niño, a una persona mayor, a hombres y a mujeres. No depende tanto de la edad, si no más de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentren las personas con las que trabajemos, ya sea esta vulnerabilidad permanente o pasajera a nivel físico, psíquico o emocional.

Vuestro método de trabajo es especial, ¿qué es lo que os distingue?

El método de intervención con perros está desarrollado con el fin de integrarse en los procesos terapéuticos o educativos existentes, al servicio de los profesionales del centro, con el fin de potenciar, reforzar, incidir y trabajar áreas de interés específicas para las personas que asisten a la sesión de trabajo.

Los programas profesionales de Yaracan no son alternativos ni sustitutivos, son complementarios: son un recurso de apoyo en los programas en los que intervenimos por lo que lo que hacemos es integrarnos en ellos. 

Nuestro método de trabajo está diseñado buscando la excelencia y el control de cada uno de los procesos. Por así decirlo, la intervención es personalizada para cada uno de los centros, y nosotros, como profesionales, sincronizamos los objetivos establecidos por el centro y las necesidades individuales de las personas que acuden a sesión con los beneficios que aportan los perros, diseñando las actividades del programa y guiando a los perros de forma adecuada para que en equipo consigamos hacer que las personas evoluciones de forma favorable.

Se actúa como facilitadores, pues, a través de los perros, se logra que las personas se muestren más accesibles. Ayuda a aumentar la eficacia de los programas en los que intervenimos ya que el perro guiado de forma profesional consigue motivar, estimular y emocionar a las personas que acuden a sesión, que hacen por y para el perro lo que no harían por o para ellos mismos.

Requiere un trabajo multidisciplinar, donde han de estar involucrados los profesionales del centro. Todos los programas han de ser evaluados. Esto no sólo ofrece información sobre la consecución de objetivos en cada centro, también permite a mayor escala tener datos que sumen a los programas de Intervención Asistida con Animales en su conjunto.

La ventaja de nuestro método de trabajo es que es fácilmente evaluable, es medible, es repetible, y es estructurado.

El programa Cuatro Patas de Apoyo parece particularmente relevante e importante, ¿cómo está siendo recibido? ¿Me podéis contar algo sobre cómo se está desarrollando? ¿A cuántas personas habéis ayudado a través de este programa…?

A lo largo del tiempo hemos ayudado a 300 personas. Cuatro patas de Apoyo nació en el 2011 cuando, de forma solidaria, pudimos llevar a cabo un programa con Gabriela, una pequeña con cáncer, paciente del hospital Niño Jesús de Madrid, con la que tuvimos la suerte de poder trabajar desde sus 9 a los 12 años.

Continuó después becando sesiones con los perros para aquellas familias con menos recursos económicos, algo que continuaremos haciendo siempre. Por ejemplo, seguimos con un proyecto precioso en el colegio los Álamos de Vallecas, con programas en Cepri (niños con autismo), Cambrils (colegio de niños con discapacidad intelectual, en especial con síndrome de Down) y Gatea (autismo)

Durante el confinamiento nació el área dedicada a dar apoyo en especial por COVID 19, inicialmente online y luego de forma presencial: se dirige tanto a mayores en residencias como a mujeres víctimas de violencia de género, a adolescentes que habían perdido a su padre o a su madre debido a la pandemia, a los niños con problemas neurocognitivos y en muchos casos inmunodeprimidos, y a pacientes pediátricos del área de neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Estos proyectos de ayuda son posibles gracias al apoyo de Royal Canin, entre otras empresas, y no sólo por aportar ayuda económica para llevarlos a cabo y que tengan continuidad en el tiempo, sino también por la dedicación de su tiempo y apoyo a nivel personal y como equipo.

 

He leído algo que habéis dicho y se me ha quedado grabado: “Durante los años que hemos trabajado en programas con personas con Alzheimer hemos podido comprobar que el amor hace que la memoria decida guardar algunas cosas…como los nombres de los perros…” ¿me podéis contar algo más sobre cómo son las terapias con personas con Alzheimer?

Sabemos que los recuerdos están muy relacionados con las emociones provocadas en situaciones concretas. Los perros acceden a las personas por el área emocional, por el cariño cercano y sincero que aportan desde el minuto uno.

En la enfermedad de Alzheimer, donde distintas áreas del cerebro se están dañando, una que permanece es la responsable de percibir amor.

Sabemos que una persona con Alzheimer lo primero que olvida es lo último que ha aprendido. En muchos casos, los perros los llevan a recordar momentos de la infancia relacionados con perros y quieren hablar de eso, contar y compartir mientras se abrazan a ellos.

La suma de este afecto sincero, la segregación de endorfinas y de oxitocina, la reducción del ritmo cardiaco y la presión arterial, así como los niveles de cortisol en sangre, hacen que las personas con las que trabajamos sean más accesibles, que experimenten menos cambios de humor, que se muestren más colaborativas y se esfuercen en realizar la actividad propuesta si con eso consiguen que el perro sea más feliz, ya sea porque consigue un juguete, comida o momentos de cariño a su lado.

El objetivo no es tanto buscar una mejoría, sino ralentizar el nivel de deterioro y que mantengan lo que conservan el mayor tiempo posible.

 

¿Cómo se miden / comprueban los beneficios de las terapias asistidas con perro? Es algo que os interesa particularmente, ¿verdad?

Es muy importante poder evaluar los programas, puesto que el objetivo no es ir a entretener o divertir, si no que haya una evolución favorable de las personas que acuden a sesión. Por ello, es un trabajo en equipo con otros profesionales presentes incluso en la misma sesión.

A nosotros nos puede parecer normal un comportamiento en una persona y, sin embargo, ser algo extraordinario y significativo provocado por la interacción con los perros, que evalúa el profesional con el que trabajan normalmente y nosotros complementamos con nuestra propia observación en cada sesión. Además, en los programas se utilizan escalas validadas (cuestionarios) antes del comenzar el programa y a lo largo del tiempo, lo que aporta datos objetivos del estado y la evolución de las personas que asisten a sesión.

Imagino que, además, hay “efectos secundarios” que podéis ver sobre la marcha… ¿es así?

Sí, desde luego, y no siempre se pueden medir. Me refiero a la atención sostenida, las sonrisas, las muestras de amor, los abrazos cargados de afecto, las miradas, las risas, los comentarios espontáneos… La felicidad que se percibe.

Algo maravilloso es que se hace un grupo de convivencia donde el nexo común son los perros y muchas personas descubren afinidades en la sesión que les facilita una relación de amistad fuera de la misma, cuando los perros ya no están.

 

En vuestra experiencia, el efecto de las terapias, ¿se siente a largo plazo también?

Sí y este es el objetivo: que los beneficios obtenidos en la sesión se trasladen a otras áreas de su vida cotidiana y que llegue un momento en que no sea necesaria la ayuda de los perros.

Por ejemplo, un niño con TDAH y problemas en el área de lectura que se aísla. Al leer a los perros y trabajar en equipo con otros niños en las sesiones, llega un momento en el que sale voluntario a leer en clase en alto y puede verle su madre jugando con otros niños y no aislado en el patio.

Otro ejemplo, una persona con depresión que no quiere vivir y que a lo largo del programa con los perros retoma su vida, disminuye su medicación y es capaz de vivir de nuevo por sí mismo de forma autónoma.

O personas que en una residencia se aíslan y no quieren participar en nada, que se sienten solas, mediante los programas llegan a hacer un grupo de amigos y cambia su actitud. Una niña con mutismo selectivo que decide comenzar a hablar de nuevo para comunicarse con los perros y, poco a poco, lo hace cuando estos no están, en otros momentos de su vida. Un niño con autismo que busca la mirada de los perros y, poco a poco, lo hace con las personas, un joven con síndrome de Down que no admite el contacto físico y descubre el abrazo a los perros y, por lo tanto, lo va generalizando con las personas también… Podría seguir y seguir, pero ese es el objetivo: que no nos necesiten como apoyo siempre.

 

He visto que tenéis un programa de fobia a los perros, ¿con cuánta frecuencia os piden ayuda en este sentido? ¿es muy complicado superar esta fobia? ¿Es algo que se trabaje también a través de vuestros canes?

Sí, trabajamos mucho con personas con fobias de todas las edades. Son procesos largos en el los que, de forma paulatina, el perro deja de verse como una amenaza y pasa de ser un estímulo negativo a ser neutral y no provocar miedo e, incluso, a convertirse en un estimulo tan positivo que algunas personas con las que hemos trabajado han decidido tener su propio perro.

Trabajamos en un entorno controlado con los perros de intervención, donde las personas con fobias son expuestas de forma progresiva a los perros. Contamos con un centro en que tenemos una sala separada por cristal con una ventana, donde son las personas las que deciden cuando dar el paso y entrar y compartir el mismo espacio físico con los perros y después, poco a poco, vamos trabajando en el interior de la sala.

Cuando la persona esta cómoda vamos saliendo al mundo exterior, donde nos encontraremos con otros perros con el apoyo de los nuestros. Son procesos largos que mínimo tardan de 6 a 12 meses de intervención en sesiones semanales.

Y el coaching para empresas, ¿en qué consiste?

En utilizar la motivación y estímulo que aportan los perros, para trabajar como un recurso de apoyo junto a un experto en coaching para con el fin de que el equipo que asiste consiga los objetivos establecidos por el coach, ya sea de integración de equipos, de comunicación eficaz, de superación de retos y resolución de conflictos, de transformación, de liderazgo. Siempre junto a los perros como aliados.

El objetivo es maximizar su potencial personal, profesional y el del propio equipo. Son sesiones muy divertidas y eficaces y siempre aportan momentos de convivencia únicos, con el perro actuando como un facilitador en todo el proceso.

Si vuestros canes pudieran elegir, ¿qué actividad, dentro de las terapias, es la que más les gusta?

Su actividad preferida es la de los cuidados y mimos, en la que encima de una mesa son cepillados, y acariciados mientras les dicen cosas bonitas.