Tras la noche de las hogueras, la Noche de Guy Fawkes, en el Reino Unido se suceden las noticias sobre los efectos de la pirotecnia en los animales: un pobre perrete murió tras asustarse y huír de su casa.
Ahora ha sido la RSPCA de Escocia quien ha compartido unas fotos en las que se puede ver el efecto del miedo, del pánico en los perros que aguantaron solos los estruendos estando en uno de sus centros.
"Dudamos en compartir estas imágenes, pero la realidad debe ser vista.
Estas fotos de nuestro centro en Glasgow muestran los efectos devastadores que los fuegos artificiales tuvieron en nuestros cheniles. Perros aterrorizados destrozaron y ensuciaron sus camas debido al pánico y el estrés.Lamentablemente, este es solo un ejemplo de lo que innumerables animales domésticos, de granja y salvajes sufren cada año.
Esto tiene que parar."
La Scottish SPCA, al igual que la petición que actualmente ha superado los 177.000 apoyos, exige al Gobierno la prohibición total de la venta y el uso de fuegos artificiales por parte del público. "Es hora de una legislación más estricta para proteger a los animales y a las personas vulnerables del sufrimiento, las lesiones y el daño."
Es uno de los puntos en el Manifiesto que acaba de presentar la SPCA de Escocia para que el nuevo Parlamento se involucre en la defensa de los animales.
Lo cierto es que prohibir la venta al público, solo permitir los espectáculos oficiales, sería una forma realmente eficaz de regular la pirotecnia y evitar el uso indiscriminado de petardos durante días y días -sea por Sant Joan o en Fin de Año. Porque claramente regular la venta es insuficiente como también lo es pretender que se cumpla la ley que regula el uso (en Madrid, por ejemplo, está prohibido tirar petardos (salvo en lugares / momentos autorizados) y aún así, el estruendo es mayúsculo cada año).
En España, por el momento, no hay ninguna campaña similar en marcha por lo que por mucho que vuelva a haber todo tipo de bandos limitando o prohibiendo el uso de los fuegos artificiales cuando termine 2025, personas vulnerables además de miles de perros y otros animales, volveran a sufrir por los estruendos.
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