Galgos del Sur ha compartido la noticia: dos rehaleros han sido condenados a dieciséis y ocho meses de prisión por un delito de maltrato animal continuado y consciente a un total de 21 perros de caza, provocando el fallecimiento por eutanasia de 5 de ellos. La protectora, que se hizo cargo de ocho de los canes, advierte: esas dos personas seguramente no entren en prisión.
Otro (maldito) ejemplo más de porqué es tan necesario que la futura ley de Bienestar Animal proteja a todos los perros, que no queden fuera de su ámbito los perros de caza con la justificación de que ya están en teoría protegidos. Si estuvieran protegidos este tipo de situaciones no serían tan comunes como lo son ahora.
Otro ejemplo claro más de porqué es tan importante modificar el Código Penal en materia de maltrato animal para que aumenten las penas y que éstas no puedan ser sustituidas por multas, como sucede en la propuesta que ahora mismo se está debatiendo en el Congreso.
Este caso sucedió entre octubre de 2020 y febrero de 2021 en Güéjar Sierra, Granada, explican desde Galgos del Sur:
Según las palabras de los agentes del SEPRONA que llevaron a cabo la primera inspecció ocular, los perros estaban en una situación “dantesca”. Es más, “dudaban que en invierno les diese un solo rayo de sol”.
En esa primera intervención, es cuando se tuvieron que eutanasiar 5 perros por parte de una veterinaria por las terribles condiciones en las que se encontraban.
Posteriormente en una segunda intervención del SEPRONA junto con Galgos del Sur, fueron decomisados 8 perros de los que se hizo cargo la protectora en una situación similar de precaria para los animales.
El informe veterinario acredita una situación de maltrato doloso y prolongado en el tiempo: los animales se encontraban en “habitáculos con hierros punzantes y oxidados, sin la suficiente luz, con el suelo lleno de excrementos, orines y vómitos, y sin suficiente comida ni agua al no suministrarse diariamente”, según la sentencia.
“Consecuencia de ello, dos perras presentaban tumores mamarios bilaterales de gran tamaño y estaban muy desmejoradas físicamente; un perro macho tenía un bulto de gran tamaño en un testículo, con abundante líquido acumulado en el escroto y con gran dolor a la palpación, así como considerable inflamación de los ganglios inguinales de ambos lados”. Un tercer perro joven presentaba “una aparente fractura del fémur con desplazamiento de rótula, lo que casi le imposibilitaba caminar por el dolor. Presentaba, además, abundante líquido sinovial acumulado en la zona”, y otro de los animales tenía “un bulto o tumor en la tráquea que, aparentemente, no le permitía ingerir la comida ni beber adecuadamente”. Estos cinco perros fueron sacrificados y otros dos “desaparecieron” antes del decomiso, argumentando los acusados que se les habían escapado.
El Mastín de la foto, al que llamaron Yogui, fue adoptado en Alemania y logró vivir un año feliz antes de morir.
PD En esta protectora están ahora mismo con el agua al cuello: no hacen más que rescatar perros, muchos de ellos desechos de cazadores, cachorros y adultos, y necesitan nuestra ayuda para cubrir los gastos veterinarios.
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