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(Al menos) 5 razones por las que no es buena idea regalar un cachorro o un perro por Navidad

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Última actualización del articulo el día 02/12/2022

Un perro es para toda la vida, no solo para Navidad. Este es el lema, desde hace más de 40 años, de una de las principales protectoras del Reino Unido, Dogs Trust.

Por desgracia, es un lema que sigue siendo igual de necesario hoy en día, como comprueban ellos mismos años tras año: los abandonos meses después de esas fiestas en las que se siguen regalando animales suelen aumentar exponencialmente.

Hay muchas razones por las que la gran mayoría de asociaciones de protección animal en todo el mundo coinciden en un consejo común, un perro no es un buen regalo sorpresa, ni en Navidad ni en ninguna otra época del año.

Convivir con un perro -dada la responsabilidad que implica, para lo bueno y para lo malo- debería ser una decisión muy meditada y personal. Un perro te cambia la vida y tú te conviertes en toda su vida.

Un perro no es un juguete y demasiados animales terminan siendo algo peor, un juguete roto, tal y como denunció a través de un estupendo cortometraje y de este spot la actriz y directora Nuria Gago.

Desde Fundación Affinity han compartido estas cinco razones concretas para no regalar un perro o gato esta Navidad, todas ellas igual de válidas e importantes:

  1. Regalar seres vivos les cosifica. Hacerlo además en Navidad o Reyes, en el mismo momento en que se regalan juguetes, manda un mensaje contradictorio a los niños a quienes les decimos que los animales no son un juguete.
  1. La reflexión previa no la hace quien recibe el animal. Es decir, quién deberá responsabilizarse del perro o gato, y eso conlleva riesgos. De entrada, el vínculo con el perro o gato puede ser menos sólido cuando es un regalo -muchas veces inesperado- que cuando se trata de una decisión propia y meditada.
  1. Toda la familia debe estar de acuerdo. Un perro o un gato es un miembro más de la familia y, por lo tanto, la decisión debe ser consensuada. Esto exige hablarlo, discutirlo, repartir responsabilidades y asumir el compromiso entre todos.
  1. Mejor buscarlo juntos. Hacer en familia el proceso de encontrar al animal que encaja con nosotros puede ser más gratificante y lleno de aprendizajes que la sorpresa de un solo día, ya que el match perfecto es la clave para tener éxito. Adoptar a un animal en una protectora es una oportunidad para transmitir a nuestros hijos valores como la solidaridad, ayuda, empatía, compasión y paciencia.
     
  2. Un perro o gato no debería ser para un solo miembro de la familia. Muchas veces se plantea la llegada de un animal como un regalo específicamente para los hijos, como un elemento más del mundo del niño, cuando se debería pensar en que un animal es para toda la familia. Creer que un perro o un gato es solamente para los niños o las niñas puede generar problemas en un futuro, ya que la convivencia y la responsabilidad de cuidarlo deben afectar a todos los miembros de esta familia.

Y su consejo: si finalmente decides incorporar un animal a la familia en la época navideña, lo mejor sería evitar los días tradicionales en que se hacen regalos, como Navidad o Reyes. Es mucho mejor buscar un día diferente y más tranquilo para esa llegada, porque la excitación es mala aliada para esos primeros días y porque así podrá ser un día especial, su cumpleaños y en el comienzo de vuestra historia juntos.

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