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Una mutación genética -más común en los Galgos- conlleva un serio peligro si un perro es anestesiado

Una mutación genética -más común en los Galgos- conlleva un serio peligro si un perro es anestesiado

Última actualización del articulo el día 12/02/2020

Si no se identifica antes de una cirugía, hay una mutación genética que puede provocar que un perro esté expuesto a niveles peligrosamente altos de agentes anestésicos. Se sabía que algunos Galgos tienen este problema pero un reciente estudio de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Washington ha confirmado que otras razas también sufren esta misma mutación.

Los veterinarios ya sabían que a algunos galgos les cuesta más eliminar ciertos compuestos médicos, algo que se traduce en períodos de recuperación prolongados y potencialmente mortales después de la anestesia.

Esto se debe a una mutación genética, esos perros producen menos CYP2B11, la enzima que descompone esos medicamentos.

La mutación también está presente en otras razas relacionadas con el galgo, como los Borzoi, Galgo Italiano, Whippet o borzoi, galgo italiano o whippe.

Pero los investigadores de WSU ampliaron el radio de acción, analizando muestras de otras 60 razas caninas más. Y así es cómo han descubierto que muchos otros perros podrían tener el mismo problema, incluyendo a los Golden y Labrador Retrievers: ambos tendrían dificultad para descomponer medicamentos anestésicos comunes como midazolam, ketamina y propofol.

"Comenzamos con una condición que pensamos que era específica de los galgos y que afectaba a un número relativamente pequeño de perros", explicó Stephanie Martínez, asociada de investigación postdoctoral y autora principal del estudio. "Ahora parece que podría haber muchos más perros afectados por esta mutación, perros de razas que no hubiéramos esperado".

El estudio encontró que aproximadamente uno de cada 50 Golden Retrievers y uno de cada 300 Labradores pueden tener bajas cantidades de CYP2B11.

En los mestizos también ocurre esta mutación pero la prevalencia es mucho menor, solamente sucede en uno de cada 3.000 perros.

Así se daba respuesta a la pregunta clave que tenía Michael Court, el investigador principal del estudio y anestesiólogo veterinario que lleva 20 años estudiando el problema de la lenta descomposición de los anestésicos por parte de los galgos: necesitaban saber si los protocolos especiales que se utilizan con los galgos debían ser utilizados con otras razas de canes. 

Además, los investigadores sospechan que los perros con esta mutación pueden tener problemas para procesar otras drogas, más allá de las que se utilizan en la anestesia. 

Por ello, ahora están tratando de desarrollar una prueba sencilla que permita detectar la mutación y determinar la sensibilidad de un perroindividual a los anestésicos problemáticos.