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La interacción tranquila con personas reduce el estrés y la agresividad en perros de protectora en una semana

La interacción tranquila con personas reduce el estrés y la agresividad en perros de protectora en una semana

Última actualización del articulo el día 09/11/2022

En EEUU muchas protectoras o perreras hacen una prueba básica para ver si un perro es potencialmente agresivo o no, para ver si puede ser dado en adopción. Lo que hacen estos (polémicos) tests de comportamiento es comprobar si el can mantiene contacto visual, si deja que le toquen, si reacciona cuando alguien le retira el plato de comida o un juguete...

El problema de una prueba así, que resulta bastante invasiva, es que muchos perros que no son agresivos lo parecen. Los perros con miedo, por ejemplo, pueden mostrarse agresivos al estar estresados, y no hay nada más estresante para ellos que entrar en una perrera tras haber sido abandonados por su familia o tras haber sido encontrados en la calle.

El resultado es que esos canes podrían acabar siendo sacrificados puesto que al no pasar la prueba se considera que no son aptos para la adopción.

Por eso mismo es tan interesante y útil este estudio liderado por Regina M. Willen (de HALO K9 Behavior) que ha analizado el efecto que tiene para ciertos canes que entran en una perrera el poder pasar tiempo fuera del chenil, en un entorno más relajado, interactuando tranquilamente con alguna persona que les proponía juegos específicos para ellos.

A veces es impresionante comprobar lo mucho que se puede ayudar a ciertos perros con lo que, en teoría, es solo un pequeño esfuerzo. 

Esas son las dos claves del programa de enriquecimiento planteado en este estudio: el lugar donde se desarrolló, un espacio tranquilo, similar a lo que se conoce como el"cuarto del mundo real", lejos de los ruidos y luces de los cheniles (similar a la foto que encabeza este texto). Y la interacción con personas durante unos 30 minutos al día.

Por si alguien no sabe lo que es un cuarto del mundo real, aquí podéis ver un ejemplo:

Volviendo al experimento, lo repitieron dos veces con dos grupos de perros diferentes: en ambos casos algunos canes no recibieron el programa de enriquecimiento y otros sí. 

En solo cinco días los resultados fueron indudables: tras pasar solo 15 minutos, dos veces al día, interactuando con personas que les planteaban juegos de enriquecimiento ambiental, la inmensa mayoría de los canes lograron pasar la prueba estándar que se hace para determinar que pueden ser adoptados, la que analiza si son potencialmente agresivos.

En el grupo de perros miedosos que no recibieron estas sesiones de enriquecimiento ambiental, la mayoría no lo lograron.

El programa no tuvo ningún efecto sobre los perros que previamente no mostraban miedo: la mayoría pasaron la prueba.  

Los investigadores también examinaron el estado afectivo de los perros en una prueba de sesgo cognitivo.

Aquí también se comprobó que los canes que habían mantenido interacciones con humanos durante esos cinco días se mostraban más positivos, algo similar a lo recientemente comprobó Alexandra Horowitz al analizar los efectos del trabajo de nariz.

Por regla general, tanto en ese entorno como en otros, un buen número de perros "etiquetados" como agresivos son en realidad perros con miedo que se muestran agresivos porque no tienen alternativa.

Si estos canes pudieran pasar algo de tiempo cada día con voluntarios que se ocuparan de interactuar con ellos con calma, sus posibilidades de encontrarse mejor y mostrarse más equilibrados, sus posibilidades de poder ser adoptados, aumentarían exponencialmente.  

En esta interesante charla hablan sobre los efectos del estrés en el entorno de las protectoras desde una perspectiva científica. Podréis escuchar a dos de los responsables del estudio, Michael B. Hennessy y a la propia Regina Willen, que también está a cargo de HALO K9 Behavior, un centro dedicado a rehabilitar a perros con problemas de comportamiento en la granja que ella y su marido compraron.

PD Los resultados de este estudio vuelven a poner en evidencia lo problemáticas que son las pruebas de comportamiento que actualmente deciden el destino de miles de animales en EEUU, enviando a demasiados de ellos a la muerte.

Es algo que ya ha quedado demostrado: se calcula que algunas de esas pruebas llegan a fallar hasta en el 84% de las veces a la hora de evaluar correctamente el comportamiento de un can.

 

 

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