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En sociedades donde los perros tienen múltiples funciones, su vínculo con las personas es más estrecho

En sociedades donde los perros tienen múltiples funciones, su vínculo con las personas es más estrecho

Última actualización del articulo el día 10/04/2023

Un estudio del Instituto Max Planck analizando los datos de 124 sociedades muestra que las funciones a las que se dedican los perros ayudan a predecir cómo serán tratados: en aquellas sociedades donde los perros tienen múltiples funciones, el vínculo con sus familias tiende a ser más estrecho.

La mayoría de las investigaciones sobre canes, dicen los responsables de este estudio, suelen realizar en sociedades occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas. Y sin embargo, a nivel mundial la mayoría de canes viven en otros entornos. 

Por eso mismo, para evitar ese sesgo y tener una información más global sobre las relaciones entre perros y humanos en las sociedades de todo el mundo, un equipo de investigadores del MPI de Geoantropología y el MPI de Antropología Evolutiva han evaluado los datos sobre las funciones y el tratamiento de los perros en 124 sociedades distribuidas globalmente.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores investigaron datos etnográficos de la base de datos transcultural eHRAF ​​e identificaron sociedades en las que los perros cumplen cualquiera de las cinco funciones principales: caza, defensa, protección de rebaños, pastoreo y acarreo o transporte de suministros.

Posteriormente recopilaron datos sobre cómo se trata a los perros en esas sociedades y los codificaron en tres dimensiones: cuidado positivo (por ejemplo, los perros pueden estar en el interior de las casas, los perros reciben atención médica, etc), tratamiento negativo (los perros no son alimentados, los perros son abusados ​​físicamente, los perros son sacrificados regularmente) y trato individualizado (los canes tienen nombre, se les entierra y/o se los llora, se los percibe como miembros de la familia).

Al analizar la relación entre las funciones del perro y el tratamiento, los investigadores demostraron que el número de funciones se asocia positivamente con el cuidado y la personalidad positivos y se asocia negativamente con el tratamiento negativo. Sin embargo, también encontraron que no todos los trabajos de un perro influyen en el tratamiento por igual.

Por ejemplo, es particularmente probable que el pastoreo aumente el cuidado positivo, mientras que la caza no tiene impacto en el cuidado positivo o el tratamiento negativo, pero en sociedades donde los perros se mantienen para cazar, es más probable que los humanos nombren a sus perros y los perciban como miembros de la familia.

Sobre los perros de caza, los investigadores destacan que su valor económico puede variar mucho en diferentes zonas y que los beneficios netos de la caza con perros también pueden variar con el tiempo. El papel de la caza, además, puede contrastar directamente con las necesidades de los perros (p. ej., “los perros warao son sistemáticamente mal alimentados y deliberadamente maltratados, porque se prefiere un perro de caza hambriento a uno saciado”). Y dado que los perros de caza son capaces de valerse por sí mismos con frecuencia, pues dejan que lo hagan. 

Por todo ello, piensan, el resultado del análisis que han hecho no muestra una atención primaria sustancialmente mayor para estos canes. 

También encontraron disminuciones sustanciales en las probabilidades de trato negativo de los perros utilizados para la defensa. Este efecto sorprende, ya que intuitivamente, dicen, asociamos la presencia de perros guardianes con un vínculo distante entre los perros y sus dueños.

Su conclusión es que, en todas las sociedades, las funciones de los perros son buena forma de predecir cómo serán tratados.

Cuando los perros cumplen más roles en las sociedades y cuando estos roles requieren una gran inversión y/o una intensa cooperación entre perros y humanos, más estrecha será la relación perro-humano.