Los retratos de perros que pinta Jay McClellan tienen algo que hace sonreír a los humanos: color, energía tranquila, belleza... cada uno de sus cuadros tiene personalidad y te atrapa por su llamativa paleta de colores, por la mirada de los canes que aparecen en ellos. Y lo más sorprendente, de alguna manera, es que esta explosión de color perruno comenzó como un duelo, tras la muerte de su madre. Ahora su obra ha pasado del lienzo a otros materiales puesto que McClellan fue elegido por Anthropologie para una colaboración canina (igual que lo fuera la británica Sally Muir).
Más recientemente ha participado en un proyecto precioso en colaboración con un gran café: él se ha encargado de retratar a los perros de un buen número de personas, cuadros que estarán expuestos de forma permanente en ese espacio, donando el 50% del importe a una protectora local y a una asociación de perros de asisrtencia.
Hemos hablado brevemente con él para que nos contara algo más de su fabuloso trabajo.
1. Desde que comenzaste tu carrera como pintor siempre te has dedicado a los perros. ¿Cuál fue la inspiración?
Mi inspiración inicial fueron mis dos perros, Tip y Honey. Empecé a pintarlos justo después de la muerte de mi madre debido a un cáncer de pancreas. Toda mi energía emocional fue hacia ellos porque no sabía en qué otro lugar invertirla. Estaba desolado por la muerte de mi madre y necesitaba compartir ese dolor con alguien, Tip y Honey me ayudaron en ese momento de mi vida.
Esta es Honey: