Guiliani es todo un personaje: parece haber salido de algún episodio perdido de Los Soprano. Su voz es de esas que cuentan su propia historia, igual que su cuerpo, repleto de tatuajes y cicatrices... Cuando tenía 37 años y llevaba media vida trabajando para la mafia, para la familia de los Gambino, James Guiliani cambió radicalmente de rumbo. El detonante fue toparse con Bruno, un pequeño perro al que alguien había maltratado.
Sí, se puede decir que el lametazo de un Shi Tzu al que otras personas habían machacado y abandonado cambió la vida de este ex-mafioso que pasaba sus días cobrando las deudas de los Gambino, un hombre que había sido detenido por intento de asesinato, por intento de secuestro, por intento de... la lista es larga.
Ahora Guiliani dedica todo su tiempo y su energía a salvar animalescomo podréis ver en estos reportajes que le han dedicado. Él y su pareja montaron una peluquería canina y, en paralelo, él se desvive por todo tipo de bichos y ha creado un pequeño santuario para ellos en su casa. Rehabilita perros, se ocupa de gatos descapacitados... también aquí la lista es larga y él está decidido a que siga creciendo.
PD Si os interesa su historia, hay un libro sobre ella también...
