Hace casi dos meses, el 1 de septiembre, comenzó un viaje muy especial y particularmente perruno: ese día los socios de PontePatas emprendieron el Camino de Santiago junto a sus sus perros y con un grupo de canes en adopción. El objetivo, como os contamos, era doble: por supuesto disfrutar en compañía de los perros, mostrar todo lo que se puede hacer junto a ellos y, en paralelo, fomentar la adopción de sus compañeros perregrinos.
La buena noticia es que lo están pasando estupendamente y el tiempo ha sido benigno con estos peregrinos y perregrinos, la no tan buena es que aún no han conseguido familia para Triana, Sau, Jota, Pere, Yuca, Tandy y Mara, los canes en adopción, aunque sí hay algunas personas interesadas.
Han elegido dar visibilidad a perros que lo tienen más complicado para dejar atrás el chenil de la protectora porque la mayoría tienen entre 6 y 9 años y algunos -como Triana y Jota- son PPP (perros potencialmente peligrosos que requieren una licencia especial).
Parece que la bella Triana podría tener dos posibles adoptantes pero aún no se ha hecho realidad.
Tandy, la protagonista de la segunda etapa, también espera poder enamorar a alguien pero aún no ha surgido ese flechazo...