La historia de Henry podría ser llevada al cine y triunfar: lo que ha vivido este Caniche Toy es impresionante, emocionante y muestra la férrea voluntad de algunos perros por disfrutar de la vida cuando las personas se lo permiten.
A Henry lo encontraron en una perrera en Shanghái, China, con la columna vertebral y las patas rotas, con heridas abiertas, al parecer tras una pelea con otros perros. Así había pasado dos semanas antes de que una voluntaria se diera cuenta y contactara de inmediato con una pequeña protectora que rescata a canes del comercio de carne de perro, Slaughterhouse Survivors, para ver si podían ayudar.
Pese a estar a miles de kilómetros de distancia, no lo dudaron: se hicieron cargo de Henry y le ofrecieron los cuidados que necesitaba, rechazando la opción, sugerida por muchos, de que lo más recomendable para el can, dadas sus heridas, era la eutanasia.
Slaughterhouse Survivors compartió la historia de Henry en redes y así fue como Sharon, una mujer que vive en Irlanda del Norte, decidió que ese perro tenía que formar parte de su familia. Así fue como comenzó un nuevo viaje, una nueva aventura para Henry.
Desde que llegó a su hogar definitivo tras ese increíble viaje desde China, Henry -conocido como Henry Wee Wheels en redes sociales- ha estado contagiando felicidad y alegría a todos los que se cruzan en su camino y lo hace... ¡a la carrera!
Con su pequeña silla de ruedas, Henry parece volar como un locuelo por campos, playas, calles... Siempre acompañado por otros buenos amigos, porque además de los amigos a los que encuentra por el camino, él convive con unos cuantos perretes rescatados igualmente de situaciones complicadas y algunos también con (presuntos) problemas de movilidad.
Y no solo eso, Henry se ha convertido en perro de terapia y colabora con una organización estupenda llamada Underdog International cuyo lema es "Niños ayudando a los perros, perros ayudando a los niños". Con ellos, Henry visita colegios y residencias de ancianos para aportar un poco de esa felicidad perruna que él irradia.
Mientras su humana comparte la historia de Henry, él se encarga de repartir mimos, y demostrar lo contento que vive y lo mucho que disfruta cada día por mucho que no pueda andar como otros canes.
Durante la pandemia, Henry Wee Wheels también se ocupó de llevar cartas escritas por niños a personas mayores viviendo en residencias...
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